Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento
228 – migraciones transnacionales 1976, p.295). Son las condiciones de producción las que siguen condicionando de forma importante el desarrollo social global, nacional y local, en pos de lograr la reproducción y sobrevivencia de la fuerza de trabajo, construyendo las esferas e imaginarios macro-sociales. En palabras de Wallerstein y Balibar (1991): “Si se piensa bien, la idea de esta subsunción “real” (que Marx opone a la subsunción meramente “formal”) va mucho más lejos de la idea de una integra- ción de los trabajadores en el mundo del contrato de las rentas monetarias, del derecho y de la política oficial: implica una transformación de la individualidad humana que se extiende desde la educación de la fuerza de trabajo hasta la forma- ción de una “ideología dominante” susceptible de ser adoptada por los propios dominados”. (Wallerstein & Balibar, 1991, p.15 La dependencia del sujeto hacia el trabajo puede verse desde dos aristas, re- lacionadas cada una a la “subsunción formal” y “subsunción real” del trabajo al capital, planteadas por Marx. Palomino (2012) identifica primero la dependen- cia económica, que se ve reflejada principalmente en la figura del contrato “que estipula el intercambio de trabajo por dinero” (p.3); segundo, la dependencia jurídica, que refiere al hecho de estar subordinado a las órdenes del empleador. La subsunción “real” del individuo, a partir del mundo del trabajo, propende a partir de la construcción de una ideología dominante que legitime estas formas de ordenamiento social, y que sean aprehendidas por el individuo como tales para participar de la dinámica. Es decir, no solo ser integrado al mundo del tra- bajo, sino que incorporar las implicancias identitarias del mundo del trabajo a su propia individualidad. En el caso de la región latinoamericana, ésta presenta una particularidad que la distingue, en términos de análisis, de los mundos laborales europeos y norteamericanos. El proceso de desarrollo tecnológico-productivo de la región ha progresado de forma desigual en los distintos países y, junto con ello, en el interior de estos Estados la incorporación de la población también ha sido dispar, con lo que “una proporción importante de su población no ha sido incorporada a relaciones de trabajo legalmente reglamentadas e insertas in- tegralmente en el mercado de productos” (Portes &Hoffman, 2003, p.10). ¿Qué ocurre con la subsunción “real” del individuo en estos casos? No es incorporado al mundo del trabajo en los términos de la ideología dominante, pero sí debe apropiarla forzosamente al ser la ideología hegemónica que ordena este sistema- mundo. La deficiencia en la incorporación de una parte de la población al mundo del trabajo generará formas alternativas de desarrollo económico no previstas en el modelo implementado. Por un lado, se produce la nueva división social del trabajo o “nueva morfología del trabajo” propuesta por Ricardo Antunes
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