Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

218 – migraciones transnacionales al que van a incorporarse. Particularmente en el caso de las mujeres colombianas, es la búsqueda de mejores sueldos lo las incentiva venir a trabajar a Chile, mien- tras que, en el caso de las mujeres venezolanas, la crisis económica es el principal aliciente para salir del país, principalmente cuando tienen hijos, pues apuntan a una escases de alimentos que compromete la salud de la familia. En los discursos las mujeres se refieren a un “machismo institucional” que se expresa con mayor nitidez en quienes se encuentran en edad férti, esto por el “peligro” que supone que una mujer se convierta en madre. Aun cuando en Chile existan derechos laborales para mujeres que sean madres, el temor de las empre- sas radica en los costos asociados a tener empleadas con fuero maternal –en caso de quedar embarazadas–, por lo tanto, se genera una predisposición por parte del empleador a escoger a hombres, antes que mujeres, según los argumentos esgrimidos por las mujeres participantes en este estudio. En la investigación las mujeres comparten experiencias personales, como también citan situaciones de otras mujeres (chilenas, no extranjeras) que se han sido removidas de sus em- pleos tras convertirse en mamás, lo que genera inseguridades en quienes aún no son madres o lo están pensando. En la investigación, las mujeres migrantes trabajadoras colombianas y vene- zolanas que no son madres, manifestaron que, aun cuando éste sea un proyecto que tienen en mente, es necesario postergarlo en esta etapa, dado que no armo- niza con su actual momento vital, mientras que, para quienes ya fueron madres, afirmaron que no buscan ampliar más su familia –por asuntos de edad o econó- micos–. Por último, también hubo mujeres que expresaron que no querían ser madres, ni en el mediano, ni en el largo plazo. En lo que respecta a las mujeres que son madres, se refirieron principalmente a la formación escolar y los horarios de clases de los hijos e hijas, como un ele- mento que intersecta con el desarrollo profesional y los horarios de trabajo de ellas. Lo anterior, se debía a que, en la mayoría de los casos, las mujeres son las principales y únicas adultas responsables de sus hijos e hijas, con esto se quiere decir que no necesariamente cuentan con una pareja, o bien, que los hombres se desentienden de actividades de cuidado. En este sentido, más que cuestionar a las parejas o maridos por una división sexual del trabajo, la salida del hombre a tra- bajar es ocupada como una estrategia familiar, debido a que los hombres pueden conseguir trabajo antes que las mujeres –así es señalado por las entrevistadas–. Ahora bien, sobre este punto también existen divergencias en los discursos, dado que también se suscitaron situaciones en que las mujeres estaban empleadas y los hombres desempleados, por lo que éstos asumían las tareas domésticas, aunque esto se dio con mayor frecuencia en los casos de las mujeres profesionales que no

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