Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento
196 – migraciones transnacionales su vinculación con el deseo y con el poder” (Foucault, 2005, p.14). El plantea- miento del discurso como estrechamente vinculado al poder, implica el estudio de dichas prácticas discursivas entendiéndolas también como manifestaciones de relaciones sociales de poder (Foucault, 1981), entramadas en contextos am- plios y complejos. Para el autor, a la base de las diferencias jerárquicas están el conocimiento y el poder (Roth, 2013), y la salud mental no está exenta de dichas diferencias, además de discursos de control sobre pueblos y cuerpos (Vergara Es- tévez y Elizalde, 2002). La analítica del gobierno abre el camino al estudio de la gubernamentalidad, entendida como el conjunto de las relaciones de poder y técnicas, que permiten el ejercicio a esas relaciones de poder en función de estrategias, aplicándose a la totalidad de la existencia (Foucault, 1981). La gubernamentalidad, concebida como la racionalidad propia al gobierno de la población, se apoya principalmen- te sobre dos elementos, siendo el primero los aparatos específicos de gobierno y el segundo un conjunto de saberes (Lascoumes, 2004), tal sería el caso de los Planes Nacionales en Salud Mental y Psiquiatría propuestos por el Estado. Son los discursos –como prácticas que actualizan la dominación, la normatividad y los valores–, los cuales son movilizadas a través de procedimientos sutiles de do- minio, encarnado en las prácticas modeladas a través de los planes de interven- ción. Estas prácticas vehiculan el ejercicio del poder a través del conocimiento, desde los sujetos interventores hacia los/las migrantes como usuarios/as sujetos de intervención. El interesante trabajo de Rose, O’Malley y Valverde (2012) aborda, justa- mente, la potencia normativa de las intervenciones como una estrategia guber- namental, desde donde emergen prácticas y agencias de gobierno, y desde donde se inventan instrumentos de gobierno, en el caso de tipos específico de interven- ciones. En un sentido Foucaultiano, los discursos suponen prácticas, productoras y reproductoras de realidad social (Foucault, 1981, 1994, 2005). Si estos discursos son monoculturales y hegemónicos, y además están embebidos de disparidades jerárquicas –como bien ha sido expresado en el debate post-colonial latinoame- ricano, queda al desnudo la indemnidad con que podrían ser vehiculadas for- mas políticas de mantener ciertos discursos con los saberes y poderes que estos implican. Las intervenciones en salud mental actuando, a su vez, como marcos disciplinarios de control de la producción discursiva (Foucault, 2005), con con- secuencias también en la producción identitaria subjetiva e intersubjetiva que se produce en la atención en salud mental de esta población. La institucionalidad en salud establece una serie de prácticas que estructuran
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