Migraciones transnacionales: inclusiones diferenciales y posibilidades de reconocimiento

De la pregunta por la Diversidad Cultural en la Escuela a la Fiesta Multicultural – 191 3, Consultorios Adosados de Especialidades (cae) y Hospital Psiquiátrico. Se enfatiza, además, la importancia de la óptima capacidad de resolución para los niveles primario y secundario, con el fin de no sobrecargar el nivel terciario. Este último nivel (provincia - región) lo constituyen equipos especializados en adic- ciones, psiquiatría infanto-juvenil (hospitalización, cerrada y diurna), represión política (prais) y psiquiatría forense. Se integran también los cuatro Hospitales Psiquiátricos existentes en el país (El Peral, Dr. José Horwitz B., Salvador, Pinel) (Ministerio de Salud, 2000). Como bien se puede observar en esta revisión, destacan el desarrollo estra- tégico de la red de servicios y el enfoque comunitario para el abordaje de las pro- blemáticas en salud mental de la población, entendida de modo genérico. Llama la atención que no hay mención alguna en los planes nacionales de los años 1993 y 2000 a pueblos originarios, a población extranjera, migrante o perteneciente a comunidades culturales o lingüísticamente diversas. Si retomamos los cuatro puntos que fueron relevados del Informe de la Or- ganización Mundial de la Salud del año 2001, “Salud mental: nuevos conoci- mientos, nuevas esperanzas”, presentado en la introducción de este capítulo y re- flexionamos, específicamente, en relación a la atención en salud mental de los/las migrantes, constatamos que efectivamente que el PlanNacional de SaludMental del año 2000 (y de manera incipiente el de 1993), concuerda con sus lineamen- tos en relación a la preponderancia que debe darse al enfoque biopsicosocial y a la promoción de la orientación comunitaria en salud mental, reconociendo la influencia de factores sociales y ambientales en el desarrollo del malestar y la consecuente necesidad de intervenir a ese nivel. Asimismo, en ambos planes, el Estado y sus gobiernos están asumiendo en parte la responsabilidad que les corresponde en relación a la salud mental de sus ciudadanos, relevando una ge- nuina preocupación temática. Sin embargo, no están siendo considerados como sujetos de derechos y de ciudadanía los/las migrantes, no habiendomención alguna a esta población. Esta omisión podría entenderse desde una “integración implícita” de este colectivo a la definición de ciudadanos. No obstante, la mirada aguda revela una perspectiva asimilacionista (Adams y Janover, 2009) de entender la integración en el ámbi- to de la salud mental, expresándose en la formulación de ambos planes a través de la negación de la diferencia de otros/as cultural y lingüísticamente diversos/ as. Es así como, tanto el plan del año 1993 como el del año 2000, no alcanzan siquiera a interrogar la incompatibilidad de la perspectiva transcultural con la noción de salud mental, confirmando la comprensión universalista desde la que se orienta dicha noción en ambos planes. Lo anterior tensiona la indicación de

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=