Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

Las plantas – 25 génea. La diferencia entre ambas estrategias radica en la relación organizacional entre el desplazamiento de los individuos y el movimiento del grupo (Kelly 1983, 1992, 1995). Si bien Binford (1980) define conductas ligadas a las estrategias para el apro- visionamiento de recursos, no profundiza en entender al recurso vegetal con sus particularidades. En este sentido se entiende el concepto de recolectar o gather referido al uso de plantas silvestres tanto entre sociedades tradicionalmente defi- nidas como agrarias como en aquellas no agrarias (Hather y Mason 2002). En relación con lo anterior, se establecerían campamentos residenciales y sitios de extracción de recursos específicos. La definición de la naturaleza ocupa- cional de los sitios arqueológicos se basa en una serie de indicadores que define a cada uno de ellos, y en los que la información arqueobotánica puede contribuir. Estos indicadores se relacionan con la diversidad del conjunto, la variabilidad interna de éste y la distribución de partes anatómicas (Chatters 1987). En el caso de los sitios campamento base, se esperaría la convergencia de diversas activida- des, tales como la elaboración, mantenimiento y reparación de tecnología, y el procesamiento y consumo de alimentos, lo cual estaría reflejado por la variabi- lidad de herramientas y por una mayor diversidad de especies de fauna y flora, por ende, afectando la riqueza del conjunto o richness (Lepofsky y Lyons 2003). En cambio, los sitios de extracción, en los cuales las actividades de adquisición y procesamiento de los recursos son más reducidos y específicos, se caracterizan por tener una baja diversidad de herramientas especializadas y de rasgos. Ade- más, se esperaría encontrar restos descartados, como reflejo de un trabajo más especializado, tanto en la extracción de los recursos como el mantenimiento de los implementos especializados para estas tareas. Ya con estos parámetros, se puede sugerir cómo el registro arqueobotánico responde al tipo de ocupación, siendo la presencia de variados taxa y de sus di- versas proveniencias los indicadores de movimiento de grupos a otras zonas y la convergencia de recursos de otras áreas en un sitio, o bien, la explotación más local de plantas disponibles en el entorno inmediato al mismo. En ese sentido, la delimitación del área de aprovisionamiento de los recursos a partir de la identificación taxonómica de los carporrestos y microfósiles es fun- damental. Esto aporta a la compresión de un sitio, tanto en el ámbito de las estra- tegias que se usaron y área de aprovisionamiento que queda definida, como de los modos de procesamiento de estos recursos (tecnología, etapas de procesamientos, usos). Al respecto, es importante establecer la relación entre la tecnología y los re- cursos naturales accesibles dentro del rango económico (Vita Finzi e Higgs 1970: 5); en otras palabras, la relación que se establece entre el sitio y su entorno.

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