Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén
Conclusiones – 193 Por último, no se puede concluir si existe un set de artefactos destinado ex- clusivamente al tratamiento del recurso vegetal; no obstante, sí se puede vincu- lar el procesamiento de las plantas con piezas destinadas a cortar, raspar, raer y machacar, lo que se asocia tanto a etapas de obtención de las plantas como a su posterior procesamiento. Considerando que los artefactos líticos pueden ser versátiles, lo más probable es que no tengan un uso único; reflejo de ello es la presencia de esferulitas de calcio en algunas piezas, las que pueden provenir del faenamiento de animales o la preparación de tejidos de los órganos internos. Sin duda, poder relacionar esta información con los análisis de huellas de uso de los materiales líticos aporta significativamente a esta discusión. Sobre la base de los resultados obtenidos resalta la presencia de dos tipos de recursos vegetales, importantes y reiterativos entre grupos de cazadores his- tóricos, y cuya presencia se ha detectado en los registros arqueológicos. La ex- plotación y el consumo de gramíneas y tubérculos entre grupos pampeanos y patagónicos está refrendada etnohistóricamente; sin embargo, determinar su importancia en los contextos arqueológicos es más complejo. Distintas investigaciones dedicadas a estudiar el consumo de plantas silves- tres resaltan el valor alimenticio de los tubérculos y semillas, evaluando cómo los problemas de la conservación diferencial aminoran su visibilidad en el registro arqueológico, por consiguiente, su consideración en las reconstrucciones de die- tas. En el caso de Baño Nuevo 1, la presencia de camadas de gramíneas ilustra el uso de sus tallos; sin embargo, es difícil establecer su consumo y lograr discernir en qué proporción pudo ocurrir el ingreso natural de estos restos. El alto conte- nido de agua y carbohidratos de los tubérculos incide directamente en las posi- bilidades de su conservación en el registro, ya que se descomponen rápidamente. No obstante, se registra la asociación de piezas líticas a granos de almidón de Gavilea sp., Oxalis sp., Orchidaceae y tubérculos indeterminados, por lo cual es viable posicionarlos como elementos utilizados en el sitio. En este contexto, observamos la versatilidad de usos del conjunto de plantas que componen el registro arqueobotánico; éstos se asocian a un grupo variado de piezas líticas y consecuentemente de funciones posibles. En este sentido, el empalmar dos líneas de evidencia botánica y el estudio de diferentes soportes (sedimento, residuos de artefactos y tártaro dental) ha sido auspicioso. Se logró determinar qué plantas ingresaron y fueron descartadas en el sitio, además de poder vincularlas a tipos de procesamientos y usos. Sin dudas, son necesarios estudios adicionales sobre el registro vegetal, como el antracológico, para preci- sar los modos de explotación de los recursos vegetales y ampliar la aplicación de estos tipos de análisis a más sitios en la región. A partir de los casos de estudio
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