Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén
Manejo de los recursos vegetales en baño nuevo 1 – 175 plementarios o raros, ya que no se consumirían en abundancia, pero sí actua- rían como un complemento a la dieta, basada principalmente en la ingesta de proteínas y grasas de animales. Una caracterización de la ecología isotópica de los recursos vegetales en la región contribuiría a precisar el aporte de las plantas en la dieta. El uso alimenticio de las plantas es una forma de aprovechamiento de recur- sos en los sistemas de subsistencia de grupos cazadores-recolectores esteparios. No obstante, existe una amplia gama de otros usos que son igualmente relevantes en la mantención y reproducción de un grupo humano que se asocian con la utilización de plantas como materia prima. Estos usos se pueden orientar a la elaboración de herramientas que facilitan la ejecución de otras actividades, como la caza (mangos de madera) o la confección de herramientas (percutores blandos de madera), cestos o cuerdas vegetales como parte de los implementos logísticos de obtención de recursos, además de otros usos difíciles de indagar, como su pre- sencia en contextos funerarios y/o rituales. También se pueden destinar a gene- rar luz y calor mediante el fuego, que es considerado como una de las necesidades más básicas de uso de plantas (Ford 1979). La importancia del recurso leñoso se ilustra con el ejemplo de los Nunamiut, para quienes su disponibilidad en una localidad puede causar una variación en el rango anual de movilidad del grupo (Kelly 1992). Otros usos de la flora incluyen la ingesta o aplicación medicinal, la tinción y el acondicionamiento de los espacios de habitación, entre otros. Entendiendo que Baño Nuevo 1 fue definido como un sitio donde conver- gen diversas actividades relativas a la elaboración y uso de herramientas líticas y al destazamiento y consumo de animales, es coherente con esta definición incluir las tareas relacionadas con la explotación y el uso de los recursos vegetales (Mena y Lucero 2006), acercándose, de este modo, a lo definido como sitio residencial (Binford 1980; Chatters 1987). En términos generales, la presencia de restos ve- getales se focaliza en el sector medio del sitio, que corresponde a un área despeja- da del descarte de restos faunísticos, probablemente destinada para la ejecución de otras actividades, entre las cuales están: 1) la mantención/limpieza de fogones (Velásquez y Mena 2006); 2) actividades relacionadas con el uso/descarte de plantas; y 3) la elaboración, mantención y descarte de material lítico. Un claro ejemplo del uso de plantas es la confección de revestimientos de pisos de éstas para depositar a los muertos. En ese sentido, la preparación de su- perficies con vegetales es un patrón repetido en varios contextos de la Patagonia (Crivelli et al 1996a, 1996b; Prates et al. 2011). Es interesante señalar la continui- dad de esta práctica hacia momentos históricos, documentada a través del regis- tro etnográfico (Claraz 1988[1865-1866]; Nacuzzi y Pérez de Micou 1983-1985).
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