Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

Modalidad de ocupación del sitio Baño Nuevo 1 – 167 1999; Rapoport et al. 2003; Ciampagna y Capparelli 2012; Pardo y Pizarro 2013; Ochoa y Ladio 2015), por lo tanto, esta asociación de microrrestos vegetales de los órganos subterráneos de estas plantas con artefactos líticos está evidenciando el aprovisionamiento y uso de este tipo de recurso. Según el esquema de trabajo planteado, las únicas plantas que podrían con- siderarse “no locales” son Gavilea sp., Ribes magellanicum y Gunnera tinctoria , ya que no se registran en el catastro vegetacional y tampoco forman parte de la vegetación descrita para la estepa fría. En el caso de los primero dos taxa , se ha- llaron especies de la misma familia (Orchidaceae y Grossulariaceae) en el catas- tro del área (Rojas 2006; Fajardo no publicado). El primero habita márgenes de bosques y la zona intermedia de la región de Aisén y el segundo el bosque andino patagónico y el bosque siempre verde, y se menciona su presencia en las micro- zonas definidas como matorral de estepa patagónica (Gajardo 1997; Silva 2010). En el tercer caso, G. tinctoria , no se registra la especie en el catastro vegetacional, ni tampoco hay mención de otras especies de la misma familia. La nalca más bien es propia de ambientes de bosque andino patagónico y de bosque siempreverde, actualmente a más de 20 km de distancia del sitio (Gajardo 1997; Silva 2010). De manera operativa, y basándonos en las clasificaciones definidas por Meltzer (1989) sobre la disponibilidad de las materias primas líticas que son usadas para definir los rangos de aprovisionamiento en Patagonia (Civalero y Franco 2003), se puede distinguir entre taxa que estarían localmente disponibles de aquellos no locales, entendiendo que se está comparando dos recursos de na- turaleza y usos diferentes. Meltzer se apoya en datos etnográficos para distinguir fuentes locales, que cubren hasta 40 km de distancia desde las localidades de uso, de no locales, que se encontrarían a más de 40 km. En ese sentido, la presencia de nalca se consideraría local; sin embargo, es significativa porque brinda indicios de acceso a ambientes que no están presente en lo que se ha definido como estepa patagónica, que son el bosque andino patagónico y el bosque siempreverde. Por esto, se podría clasificar como un recurso local pero lejano del sitio (concepto también aplicado en la clasificación del material lítico en Patagonia, sensu Cat- táneo 2004). De este modo, ampliaría el rango de acción de estos grupos a am- bientes diferentes al que estaban ocupando, que están localizados relativamente cercanos al sitio. Además, se debe considerar que las variaciones ambientales ha- brían afectado el límite inferior de los bosques (de Porras et al. 2012, 2014), por lo cual podrían haber estado más lejos como también más cerca del sitio. En relación a la estacionalidad, en aquellos casos que se asignó la época de aparición de frutos y de semillas, todos coinciden en señalar estaciones estivales. En el caso de Berberis, Ericaceae, Fragaria chiloensis y Libertia sp., su disponi-

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