Los cazadores-recolectores y las plantas en Patagonia: perspectivas desde el sitio cueva Baño Nuevo 1, Aisén

Usos de las plantas por los cazadores-recolectores esteparios de la Región de Aisén – 151 La acción del viento también pudo ingresar material, considerando que los abrigos rocosos actúan como verdaderas “trampas de materiales”. Por eso se evaluó qué semillas identificadas en el contexto de Baño Nuevo 1 tienen como mecanismo de dispersión el transporte eólico (Simpson 2010) y podrían, por ello, quedar representadas como macrorrestos desecados. Entre el conjunto de taxa identificados, algunas especies de la familia de las Poaceae dependen de la dispersión eólica, pero la mayoría se adhieren a animales como mecanismo de dispersión (Davidse 1987); los otros taxa identificados no tienen ese modo de dispersión. Se considera que el estado carbonizado de los materiales recuperados sería consecuencia del accionar antrópico, por lo que confirmaría el origen cul- tural de esta parte del registro arqueológico. Además, los incendios espontáneos en la región de Aisén serían eventuales, pues se relacionan con relámpagos, más recurrentes en la costa, y con vulcanismo (Méndez et al. 2016). También debe indicarse que los macrorrestos desecados concuerdan con los carbonizados, por lo que los primeros también deberían ser considerados como de origen cultural en la cueva. Cabe destacar que otras clases de restos, tales como las hojas y flores que podrían ser ingresados al contexto por acción eólica, no han sido considerados en esta investigación. De ese modo, se logró establecer un conjunto de semillas y frutos que fueron usados, directa o indirectamente, por los ocupantes de la cueva. Por otra parte, los silicofitolitos también son afectados por dispersión eólica y, por lo tanto, durante este proceso sufren daños como la erosión de la superfi- cie, tal como se ha detectado, por ejemplo, en las formas globulares correspon- dientes al tiempo geológico antiguo (Zucol y Passegi 2007). Sin embargo, la pre- sencia de silicofitolitos articulados en las muestras de sedimento y la ausencia de superficies erosionadas permiten descartar la acción del viento en el ingreso de estas micropartículas a la cueva. A esto se suma la consideración de las tendencias granulométricas de los sedimentos del sitio, que tienden a ser gruesas, por lo que la fracción limo, en donde se encuentran mayormente los microfósiles, se debería a la actividad antrópica en el lugar. Entre las proyecciones futuras de este estudio se encuentra realizar muestras de control fuera del sitio para complementar la información ya recopilada, con la finalidad de caracterizar los elementos vegetales que se están depositando en forma natural en las inmediaciones. En ese sentido, este acercamiento resulta ser una propuesta preliminar. Cabe señalar que, dentro del desarrollo de la arqueobotánica, son pocos los intentos de realizar estudios tafonómicos con énfasis en estas líneas de evidencia, por lo que este caso constituye un avance en este tema.

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