Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

228 – iguales pero diferentes Complejidad y temporalidad del formativo tarapaqueño En cuanto a los sitios aldeanos de las quebradas de Tarapacá y Guatacondo, con- tamos con un total de 20 fechados propios que abarcan un amplio rango entre los años 390 a.C. y 1.020 d.C. La potente ocupación del Formativo en la Pampa del Tamarugal se traduce en una clarísima representación del mismo en 19 de las muestras datadas, a lo que agrega una expresión terminal de dicha ocupación en Caserones en los albores del período Intermedio Tardío (Uribe y Vidal 2012; Urbina et al. 2012a). Las fechas iniciales se concentran en la quebrada de Guatacondo, donde Ra- maditas destaca como el patrón arquitectónico aldeano de conglomerados más temprano con fechados entre los años 390 a.C. y 80 d.C. Según lo descrito, se caracteriza por concentraciones de recintos separadas por amplios espacios entre sí que denotan cierta aglutinación social, pero no una organización que distinga claramente entre lo familiar y comunitario, lo público y privado. Las excavacio- nes en su interior, además, mostraron escasa e incluso nula acumulación de dese- chos domésticos tanto al interior como exterior de las estructuras; seguramente porque se trató de una ocupación corta, alternada por procesos de abandono, así como afectada por actividades de limpieza y/o fenómenos naturales de tipo eólico que no permitieron la formación de basurales. Las fechas provienen de cuatro recintos y conglomerados distintos, cuyos resultados avalan una ocupa- ción sincrónica del conjunto debido a la similitud de las dataciones que en dos casos resultaron idénticas. De este modo, el despliegue arquitectónico y social de Ramaditas se convier- te en un antecedente innegable de la intensificación de la complejidad de Tara- pacá, lo cual permite diferenciar con claridad un Formativo Temprano. A esto se suma, por supuesto, la edificación y coexistencia con la aldea de Guatacondo que aparece con fechas entre los años 200 a.C. y 70 d.C., las cuales son inmedia- tamente posteriores y luego contemporáneas con las de Ramaditas, a la vez que aún más acotadas en el tiempo. Inclusive, si se considera el cruce entre la edad de radiocarbono y su curva de calibración, el rango fechado se acota a un lapso de tan sólo 100 años de ocupación. Justamente, los contextos excavados parecieran representar ese único momento habitado a través de una capa doméstica muy delgada y limitada a la base de los recintos. Lo anterior expresa de manera inequí- voca la idea de una ocupación unitaria en lo social y homogénea en lo cultural. La edificación de Ramaditas antecede al menos en dos siglos a Guatacondo, por lo tanto, se puede afirmar una vinculación poblacional y constructiva directa

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