Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur
198 – iguales pero diferentes Bañado. Sin embargo, este uso de tinajas con buen acabado era compartido al mismo tiempo con otros grupos contemporáneos, incluidos aquellos distantes 70-100 km hacia el sur. Grandes tinajas decoradas, de estilo Ambato Tricolor o Cortaderas Polícromo, y otras de pasta ordinaria han sido encontradas en el sitio de La Rinconada de Ambato (al que se han atribuido funciones ceremoniales) asociadas a contextos de elaboración y almacenamiento de bebidas (Figura 12). Una proliferación de estas formas de tinajas y cántaros, junto con escudillas y tazones decorados, en ciertos sitios de distintos valles parece indicar que, en ese momento, hubo un incremento del uso de bebidas en contextos de consumo colectivo y celebraciones festivas. Dicho de otra forma, la “economía estética” de la cerámica se había transformado y, en el transcurso de varios siglos, el impulso de estilización de la manufactura alfarera había sufrido un desvío desde los vasos votivos hacia la vajilla de servicio. En palabras de Gombrich (2003: 10), el “nicho ecológico” ideal para las imágenes, la estilización estética, el despliegue decorati- vo y la manufactura depurada no solo lo constituía el vaso votivo de las mesas de culto y altares, sino también la vajilla para las mesas de comensales. El consumo del estilo había cambiado. Morro de las Espinillas no es la única aldea concentrada de los siglos ix y x. En el mismo valle de Santa María, Morro del Fraile, un poblado conglomerado con más de 70 estructuras “sobre las crestas del cerro”, presenta también cerámica no figurativa del estilo La Aguada (Coll Moritan y Nastri 2015). En la misma época, hacia el norte, el sitioMolinos I, en el valle Calchaquí, es un asentamiento aglutinado con más de 100 estructuras residenciales, también contemporáneo con La Rinconada y Piedras Blancas. Aunque “el asentamiento es estructural- mente muy similar a los de la ocupación Santamariana”, presenta cerámica consi- derada de “la transición a los Desarrollos Regionales” (Baldini 1992). En el siglo X, Rincón Chico y Pichao presentan como componente más an- tiguo la cerámica de estilo santamariano (Cornell y Johansson 1993; Tarragó et al. 1997). En estos dos lugares se establecerán los grandes poblados aglomerados y defensivos típicos del Período de Desarrollos Regionales que durarán hasta la expansión inka y la invasión española. Algo parecido ocurrirá más al norte, en la Quebrada de Humahuaca, donde hubo una gran concentración de población en sus pueblos y pucarás (Nielsen 1996). Como se ha mencionado antes el patrón de asentamiento disperso siguió en auge durante esta fase Colalao como lo demuestran las instalaciones de Caspin- chango -El Ciénago, Loma Alta y, entre otros, El Remate, con grandes núcleos residenciales y un diseño complejo de sus terrenos de cultivo (Aschero y Ribotta 2007).
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