Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

TRAYECTORIAS DE DIFERENCIACIÓN MATERIAL Y SIMBÓLICA – 185 a raciones individuales o pequeñas. Ni la alfarería polícroma ni la lisa parecen aptas para el servicio de la comida o la bebida en contextos de hospitalidad social amplia o concurrencia numerosa. Las urnas funerarias, muy usadas en el este del área de estudio, tenían grandes dimensiones. A medida que las estancias de los valles se expanden por fisión en un patrón de residencias dispersas, más arriba, fuera del área de estudio, en la Puna y las quebradas altas, con una mayor dedicación al pastoreo, las evidencias de sitios residenciales apuntan a la ocupación recurrente de ciertos espacios, por lo que el aspecto actual de los sitios es de montículos sobrepuestos o separados, formados por agregación y/o superposición de ocupaciones. Sus viviendas eran normal- mente de planta circular y de paredes de barro batido, en ocasiones con zócalos de piedras y entremezclados con restos de basura y paredes desmoronadas (Ci- gliano et al. 1976; Olivera 1991; Raffino 1977; Tarragó 1980, 1996). A sus muer- tos se les enterraba por debajo de los pisos o en lugares cercanos a las viviendas, en urnas o directamente en la tierra. Algomás al este, durante los primeros siglos de la era cristiana debió estar en uso el montículo de El Mollar, rodeado de monolitos grabados (Figura 6), ya que tiene fechados de 1955 ± 55, 1950 ± 60, 1930 ± 60 y 1920 ± 65 a.p., tres o cuatro siglos más tarde que su fecha más antigua (González y Lagiglia 1973: 294). Sus excavadores lo definieron como un montículo ceremonial. Contiene enormes cantidades de cerá- mica ordinaria, así comomuy poca cantidad de cerámica incisa y del estiloVaquerías. En su interior se hallaron enterramientos (González y Núñez Regueiro 1962), algu- nos de los cuales pueden haber sido posteriores a las fechas mencionadas. La escultura lítica debió haber sido valorada durante esta fase de radicación aldeana. Prueba de ello lo constituyen los postes fálicos, felínicos y antropomor- fos de Tafí, ubicados al frente de los sitios residenciales, en el centro de grandes recintos, en los montículos o en puntos de acceso a sectores productivos pastori- les. Se cree que los monolitos fueron la expresión material de los ancestros tutela- res o huancas (Duviols 1979; Lazzari et al . 2015). De la misma fase también se co- nocen figuras esculpidas. El monolito labrado en bajorrelieve conocido como la “Mujer-Saurio” o “Mujer-Felino” habría estado erguido en posición prominente entre dos plataformas de un sitio de El Alamito, al sur de los Valles Calchaquíes (Figura 7). Hay más de 50 sitios en la zona de Alamito, todos con la misma distri- bución. Tienen dataciones de 1950±50, 1910±60, 1660±100, 1656±38, 1630±60, 1600±70 y 1560±100 años a.P. (Angiorama 1996-1998: 103; Núñez Regueiro 1998: 191). De esta misma zona provienen las esculturas conocidas como “supli- cantes”, fuentes y morteros esculpidos.

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