Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur
178 – iguales pero diferentes por Tiwanaku a través de “San Pedro de Atacama, [que fue el] nodo del que par- tieron las influencias principales que culminaron con la formación de Aguada” (González 1998:269). Pero, en los años noventa, desde un marco evolucionista cultural, se ubicó el foco pionero, único y progresivo de dicho proceso en el valle de Ambato, desde el cual se habría producido la expansión del estilo en múlti- ples direcciones (González 1998; Núñez Regueiro y Tartusi 2002; Pérez Gollán 2000). En vez del Período Medio se propuso un “Período de Integración Regio- nal” (Figura 2 abajo) que señalaba un momento de unificación social e ideológi- ca, una integración jerárquica regional, un “nuevo orden”. Sus jalones temporales abarcan de 500 ó 600 a 1100 años ec (González 1998:68; Gordillo 2004; Pérez Gollán 1994,). Desde allí, cerámicas, narcóticos, objetos metálicos y otros bienes habrían circulado en muchas direcciones. Este desarrollo cultural comprendería tres variantes territoriales que “pasaron a integrarse en una misma esfera supra- regional (…) cuya interrelación social, política, económica y cultural es un tema aún por dilucidar” (Laguens 2004:139). En esa resignificación del concepto, los motivos iconográficos del personaje de los dos cetros, el guerrero o sacrificador, los jaguares acollarados y rampantes, etc., no indicarían la influencia centrífuga de Tiwanaku sino una ideología y una religión compartidas por toda la extensión desde el Titicaca a Catamarca. Tales representaciones habrían afianzado una escalada autónoma de complejización, tipificada como señoríos o jefaturas, con dirigentes beneficiarios de “tributo en trabajo” (Pérez Gollán 2000:242-252). Para completar tal cuadro, el hallazgo de túmulos –que el saber vulgarizado trató como “templos” y “pirámides”– y otras estructuras especiales no domésticas a las que se asocia la cerámica de estilo Aguada, en sitios definidos como “centros ceremoniales”, fue interpretado como indicador de que allí habría ocurrido un proceso de “institucionalización de las desigualdades hereditarias” (González 1998, Núñez Regueiro y Tartusi 2002; Pé- rez Gollán 2000). Los artefactos cerámicos manufacturados en estilo Aguada- Ambato serían el resultado de un trabajo especializado reflejado en una mayor estandarización (Laguens y Juez 2001). Según J. Pérez Gollán el proceso por el cual las desigualdades sociales se volvieron hereditarias ocurrió “a comienzos de la Era Cristiana” en Ambato y “poco tiempo después, otros señoríos surgieron en diferentes valles y bolsones del Noroeste argentino” (Pérez Gollán 2000:242- 252). Para A. Laguens “en Ambato existieron sociedades que se ajustarían a la clasificación de Formativas, y un proceso de cambio que lleva a situaciones de mayor complejidad, desigualdad y heterogeneidad, caracterizadas bajo la deno- minación de Período de Integración Regional” (Laguens 2004:148); y agrega que hacia el siglo iv ec aparecen innovaciones y combinaciones de viejos ele-
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