Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

176 – iguales pero diferentes tipos desarrollados para una región se importan a menudo a otra sin que se haya demostrado que sean aplicables, entonces las clasificaciones cerámicas pueden acarrear problemas. Este empleo incontrolado de tipologías puede conducir a que se asuma que los habitantes de Santa María o Calchaquí fueron influidos intensamente por grupos de más al sur, quienes habrían suministrado la fuen- te principal de variación de las opciones estilísticas. Sin embargo, “el origen del cambio cultural raramente se somete a comprobación y la dirección putativa de la influencia cultural” en la historia prehispánica puede quedar (falsamente) “de- terminada por el lugar en que los nombres de tipos fueron definidos por primera vez por los arqueólogos” (Chilton 1999:45). Debido a tales circunstancias, para avanzar en el conocimiento de la cultu- ra material local, tuve que emprender primero el registro y análisis de antiguas colecciones de Santa María y alrededores. Entonces paulatinamente se dieron a conocer objetos hasta el momento inadvertidos (Scattolin 2006a). Además, el estudio de una estratigrafía profunda en el sitio El Bañado en el fondo del valle de Santa María ofreció una secuencia local de atributos cerámicos que per- mitieron la delimitación de tres fases: Chimpa (100-450 ec), Bañado (450-650 ec) y Colalao (650-1000 ec) (Scattolin 2007a). También se han efectuado otras excavaciones y se ha recuperado nueva información. A través del examen de los materiales cerámicos extraídos y su comparación con otros ejemplos contem- poráneos busqué conocer la variabilidad de recursos estilísticos presentes y así contribuir a esclarecer trayectorias de cambio en la cerámica durante el primer milenio ec. Varios de los sitios excavados en el área (Yutopián, Loma Alta y Mo- rro de las Espinillas) no se prestaban fácilmente a categorizaciones claras dentro de los esquemas corrientes y en principio parecían renuentes a la inserción en la ordenación de la historia cultural, pero ellos permitieron dar cuenta de la varie- dad de recursos estilísticos y opciones de diseño disponibles durante ese lapso de la historia prehispánica. En forma paralela, percibí la utilidad de deconstruir la historia de las inves- tigaciones en la región (Scattolin 2006b). En la segunda parte del siglo pasado fueron creadas, como dije, las culturas llamadas “Candelaria”, “Ciénaga”, “San Francisco”, “Aguada”, “Tafí”, “Saujil”, “Alamito”, etc., las cuales –tomadas como equivalentes de poblaciones prehispánicas– llenaron de contenido viviente el pasado indígena del primer milenio ec, principalmente sobre la base de sus es- tilos alfareros y patrones de asentamiento. De manera general, durante el siglo xx las culturas –por sus cerámicas– se constituyeron en la materialización in- discutible de identidades de la historia cultural prehispánica. Luego adquirieron una realidad autónoma de la indagación arqueológica a partir la divulgación es-

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