Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

LOS TÚMULOS DE AZAPA – 159 tas, con las que cubrieron los cuerpos en los entierros de az-122 o az-12, lo que sugiere la idea que pudieron haber habido familias unos con mayores recursos que otros que se enterraban en los túmulos. Otro indicador que remarcaría ciertas diferencias sociales corresponde al ha- llazgo de mujeres jóvenes, menos de 25 años, enterradas en un sólo túmulo, como son los casos de Az-67, túmulo 2 (Silva-Pinto 2014) y Az-70, túmulo (Muñoz 1980), lo cual demostraría cierta selectividad en cuanto a enterrar personas en los túmulos 6 . Finalmente hay túmulos como los de Az-70, túmulo 6 y el túmulo 1 de Az-67 (Muñoz 2014), donde hay ausencia de entierros encontrándose solamente cráneos y osamentas aisladas; sin embargo, el tiempo y la energía invertida en construir estos montículos indican que debió haber habido una estructura social que auspició este tipo de construcción ceremonial. Sin embargo, a pesar de estas diferencias, las poblaciones constructoras de túmulos compartieron una identidad basada en el sentimiento relacional y colec- tivo de la territorialidad costera tal como lo señala Johannsen (2004) y Vigliani (2006) para sociedades tempranas en tránsito a la agricultura. No obstante, es posible que en ciertos contextos y situaciones específicas pudieran aparecer iden- tidades más individualizadas que habrían alcanzado cierto poder como la figura del curandero o del líder vinculado al culto a los ancestros. La tradición de construir túmulos comienza lentamente a desaparecer a comienzo de la era cristiana, sin embargo, varias son las preguntas que saltan a raíz de por qué no se construyeron más túmulos; una primera interrogante tuvo que ver con las tensiones que en un momento de mayor poblamiento en el valle habría generado construir estos montículos, especialmente a las nuevas familias que ocupaban los espacios donde habían sido construidos, generándose un pro- blema de tierras de cultivos y explotación de recursos naturales. Una segunda interrogante pudo haberse relacionado a la pérdida de filiación de parte de los grupos de agricultores con sus muertos. Una tercera interrogante pudo haber sido que los túmulos representaron tradiciones y mitos locales de fundación, por lo tanto, las poblaciones del período Medio, algunas de ellas influenciadas por Tiwanaku, pudieron haber eliminado las ceremonias y reentierros en estos monumentos. Sin embargo, tenemos que señalar que las poblaciones del perio- do Medio mantuvieron las tradiciones de depositar ofrendas en los bordes de los túmulos, lo cual implica que estos montículos fueron parte importante de la memoria colectiva de las poblaciones de dicho periodo, alcanzando incluso el periodo de contacto indígena-europeo.

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