Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur
152 – iguales pero diferentes 10. No hay diferencias cronológicas de acuerdo a los distintos tamaños de los túmulos tampoco se observan diferencias entre túmulos con entierros indi- viduales o colectivos. La información que nos proporcionaron los fechados señala que los túmu- los comenzaron a construirse a partir del 2800 a.p. Esta tradición de construir estructuras elevadas, si bien es propia del periodo Formativo, el uso de esteras y pequeñas camadas de fibra vegetal, es conocido en los entierros de la costa de Arica desde el periodo Arcaico Tardío (Dauelsberg, 1974). Estas evidencias por lo tanto nos sugieren que la tradición de construir túmulos es una idea que pu- dieron haberla generado las poblaciones de pescadores de los valles occidentales. En este sentido, la construcción de túmulos no puede ser entendida como un catalizador del desarrollo social, sino como un testigo activo de la configuración social de los grupos costeros. Discusión: Función y rol de los túmulos Más allá de ser espacios de entierros donde los cuerpos eran removidos conti- nuamente, pensamos que éstas construcciones monticulares fueron vistos como espacios o centros ceremoniales, específicamente los que se ubican en los sectores de San Miguel, Alto Ramírez y Cerro Sombrero del valle de Azapa, ocupando áreas que alcanzan más de 82,000 m². Estos complejos de túmulos poseen un amplio dominio visual que se extiende desde la costa hasta el encajonamiento del valle, lo que habría permitido el control y organización de las poblaciones que se desplazaban entre estos espacios. Su gran volumen y concentración hizo que estos monumentos construidos de tierra y fibra vegetal no pasaran desapercibi- dos por la gente que se movilizaba en el valle, lo que hizo que fueran ofrendados celebrándose una serie de cultos relacionados con la tierra y divinidades (Rivera 2002:65-66; Muñoz y Zalaquett 2011). Del análisis de visibilidad de los túmulos podemos plantear que todas estas construcciones visuales fueron resultado de la organización y planificación so- cial que las poblaciones Alto Ramírez, constructoras de túmulos, hicieron del espacio ocupado. La determinación de construir monumentos de forma monti- cular pudo ser una estrategia de la sociedad Alto Ramírez tomando como mo- delo la figura del cerro, los que habrían constituido tal vez, las deidades tutelares relacionadas con el mito de origen de estas poblaciones (Muñoz 2014). Otras hipótesis que se desprenden del análisis de visibilidad es que, en el caso
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