Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

146 – iguales pero diferentes para el traslado de la tierra y vegetales posiblemente utilizaron capachos, estos ar- tefactos han sido hallados en entierros de túmulos como Az-70 (Focacci y Erices 1972-73; Muñoz 1987); se caracterizan por una estructura base de madera de for- ma cónica, sus paredes fueron confeccionadas en fibra vegetal. Otro implemento multifuncional probablemente utilizado para el traslado de sedimentos y fibras vegetales correspondería a esteras de fibra vegetal confeccionadas con técnicas similares a las usadas para confeccionar el capacho. Estas sirvieron además para cubrir los cuerpos de difuntos y para proteger las moradas habitacionales. Junto con lo anterior, los cestos de paredes altas, cuyos fragmentos aparecen con rela- tiva frecuencia en las capas de sedimentos, pudieron también haber cumplido funciones de transporte de materiales áridos. Se sugiere además la presencia de pequeños astiles y maderos utilizados para separar y ordenar las plantas que con- formaban las capas de fibra vegetal. Distribución espacial y temporal de los túmulos Estos se ubican en su gran mayoría en las terrazas fluviales y faldeos de cerros en la ladera sur del valle, ocupando lugares abiertos y estratégicos, cercanos a los afloramientos de agua (vertientes). El análisis de Distribución Espacial, de- sarrollados por Muñoz y Zalaquett (2011) en túmulos del valle de Azapa, seña- la la existencia de un estrecho vínculo entre estos montículos y los recursos de agua de vertientes distribuidas a lo largo del valle (Figura 4). El modelamiento entrega un índice de 1,3 km. de distancia entre la ubicación de los túmulos funerarios y las fuentes de recursos hídricos, promedio de distancia propicia para la explotación de los recursos naturales con movilidad diaria de más de una ocasión (Figura 5). Las características paisajísticas del valle y la distribución de los recursos hí- dricos favorecieron la implementación de asentamientos de túmulos separados entre sí que, posiblemente, se estructuraron, tanto social como políticamente, de manera independiente en torno a los espacios ceremoniales, como se puede observar en los sectores de San Miguel, Alto Ramírez y en menor escala en Az-67 (Cerro Moreno). Es a partir de estos núcleos de agricultores tempranos y su ordenamiento territorial del espacio, desde donde se gesta la distribución de los asentamientos aldeanos que continuó en el valle hasta la época colonial. Respecto a los datos ocupación por m², Muñoz y Zalaquett (2011) han definido 3 rangos de ocupación de sitios en el valle de Azapa. El primero, de 1 a 4 túmulos con un área de 100 a 6200 m² aproximadamente; un segundo rango

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