Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur
LOS TÚMULOS DE AZAPA – 139 estar en el mundo; su construcción al parecer obedeció a un patrón estructural de origen costero donde la idea de levantar montículos, tal vez tuvo como mo- delo los cerros, hitos geográficos de gran preponderancia en los valles desérticos costeros. En este proceso adquiere real importancia la formalización de los cemente- rios y la figura de los ancestros como mecanismo social que contribuyó a conso- lidar la relación entre grupos de descendencia y lugares claves del paisaje. Dentro de los lugares claves del paisaje de los valles costeros se hayan las vertientes, don- de emana agua dulce, recurso vital en un espacio de mucha sequedad y salinidad; por lo tanto, como una forma de señalizar y reclamar dichos recursos, las pobla- ciones habrían construido los túmulos en cuyo interior se hallaban los restos de sus ancestros; esto posiblemente le dio derecho al uso de las aguas, con las cuales pudieron desarrollar las prácticas agrícolas. De este modo, y en el entendido que los túmulos pudieron ser refugio de los ancestros, proponemos que los cerros y el agua habrían constituido la estructura ideológica fundacional sobre el cual se cimentó la identidad de estos tempranos agricultores. De tal manera que la cons- trucción de los montículos y las ceremonias celebradas en ellos, al parecer fueron los conductos que ayudaron a una socialización de las comunidades de los valles costeros como Azapa, constituyéndose por lo tanto en lugares perdurables, con un sentido de identidad territorial. Los constructores de túmulos Los túmulos corresponden según los antecedentes bibliográficos a necrópolis construidas de forma monticular, similar a lomas de cerros, su estructura interna está conformada por capas de sedimentos y cantos rodados, alternadas con capas de fibra vegetal, presentan cada una de ellas características especiales; algunas cu- bren la totalidad de la superficie del túmulo, otras sólo un sector del montículo (Figura 2). Los entierros ubicados en las capas de sedimentos están por lo general removidos, lo que sugiere que fueron reenterrados; los cuerpos se hallan en posi- ción decúbito dorsal y lateral con las piernas flexionadas. Junto al cuerpo aparece un madero en posición vertical a la altura de la cabeza, además de piedras o bolo- nes de canto rodado de río, los que serían señalizadores de los entierros (Muñoz 2004; Godoy 2014). Algunos túmulos suelen presentar ofrendas como orejeras, cráneos envueltos en bolsas de malla con asa, silbatos, tejidos multicolores, restos de productos agrícolas, etc., las que generalmente se encuentran depositadas en los bordes y cimas de estos (Figura 3).
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