Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

LOS TÚMULOS DE AZAPA – 137 Complejidad social en las poblaciones de pescadores en tránsito a la agricultura Hace aproximadamente 4000 a.p. comienza a desaparecer gradualmente la tra- dición cultural Chinchorro; observamos por ejemplo un cambio en el patrón de entierro, siendo la momificación artificial y posición extendida de los cuerpos, reemplazada por una posición cúbito lateral con piernas flexionadas. Los cuer- pos son depositados en fosas y se los identifica, espacialmente, con un madero en posición vertical visible desde la superficie. Esta nueva forma de sepultura refleja evidentemente cambios en el nivel ideológico de las sociedades costeras. Por otro lado, se aprecia a través del ajuar mortuorio, una mayor tendencia al uso de ador- nos corporales como collares y tocados cefálicos; estos últimos conocidos tam- bién como turbantes, cuyo origen se remonta desde el período Arcaico. A estas incorporaciones tecnológicas y manifestaciones de complejidad social, se agrega la introducción del complejo alucinógeno, lo que podría sugerir una temprana ingesta de sustancias psicoactivas en las poblaciones de pescadores arcaicos del extremo norte de Chile, o en su defecto, una activa interrelación de intercambio de bienes de prestigio con grupos humanos foráneos. El análisis del registro arqueológico muestra que, a medida que los pescado- res y recolectores fueron transformando los valles con la explotación agrícola, la población presentó un aumento, derivando en el establecimiento de un régimen de vida sedentario, una mayor planificación de sus asentamientos y una organi- zación con ciertos grados de jerarquía de los espacios domésticos-funerarios. En este contexto, los túmulos funerarios constituyen las muestras visibles de un pa- trón de asentamiento cuyo propósito fue demarcar los territorios que disponían de recursos hídricos; aspecto que habría requerido la legitimación del acceso a dichos recursos a través de la validación de un uso ancestral. De tal manera que los primeros núcleos poblacionales en el valle conformaron nodos territoriales que giraron en torno a estos brotes de agua dulce (Figura 1). Los grupos que se hicieron del control de los recursos hídricos, lograron consolidar un espacio social sustentado en diferentes evidencias que marcarían la complejidad social tales como: la edificación de montículos, preparación de entierros, piezas excepcionales confeccionadas en tejidos y metalurgia, entre otros; marcando con esto el inicio de una transformación social en las tempra- nas poblaciones aldeanas. Para McGuire (1983), el concepto de Complejidad Social implica una serie de variables tales como estratificación y diversidad, di- mensiones de la que desprenden las nociones de heterogeneidad y desigualdad; mientras la primera refiere a la distribución de la población en grupos sociales,

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