Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

LA CONSTITUCIÓN DEL LIDERAZGO EN LA CULTURA DIAGUITA CHILENA – 121 A través de estas características tanto en los espacios públicos como residen- ciales los conjuntos visuales segregan y especifican a un elemento en específico dentro de los conjuntos, narrativas e imaginarias de la comunidad: las cabezas. Estos motivos representan y construyen a nuestro entender un sujeto con una ca- pacidad específica y particular dentro de estos contextos Diaguita, un sujeto que se establece como un centro y es capaz de mediar y articular las distintas fuerzas, seres, energías y componentes del mundo. Es esta capacidad de centro que le permite también condensar y articular todos estos conjuntos, manteniendo un equilibrio entre las mitades que posibilita la reproducción del mundo y de las comunidades Diaguita. A través de estas características, ella integra y otorga uni- dad a estos grupos con una escasa interacción cara a cara, pero que se reconocen como comunidad a partir de compartir y reproducir estas imágenes tanto en los contextos privados como públicos. En el caso de los petroglifos, estas cabezas se constituyen como centros den- tro de un centro que son los sitios de arte rupestre que están mediando entre mitades. En el caso de la alfarería ocurre lo mismo con las cabezas que median entre bandas que suelen oponerse entre si. Pero estos conjuntos no son una mera representación de sujetos relevantes, sino que pensamos que es a través de estas mismas producciones que estos sujetos se reproducen y legitiman dentro del or- den social. En el caso del arte rupestre, cada manufactura de cabezas activa estos espacios centrales y se constituye en un proceso de mediación entre seres, fuerzas y energías que reafirman el carácter central de estos sujetos, reactivando su posi- ción en las narrativas y procesos de producción de estas comunidades. En el caso de las vasijas sucede lo mismo, cada acto de pintado de estos rostros reactiva su posición de centro y mediador. Cada acto de consumo de estos mismos conjun- tos reconstruye y reproduce estas narrativas y capacidades asociadas al centro y estos personajes. La centralidad de estas representaciones se ve expresada también por el he- cho que ellas corresponden a cabezas, un segmento corporal que en diferentes partes de los Andes es ampliamente reconocido por su relevancia en tanto se asocia a nociones de poder y fertilidad (Arnold y Hastorf 2008). Estas imágenes se asociarían con sujetos relevantes dentro de la reproduc- ción social y del mundo Diaguita que pueden ser entendidos como líderes, los que no obstante su prestigio y relevancia social, no poseen capacidad de expro- piación de mano de obra, ni una diferencia de status notoriamente amplia como para reconocerse claramente en los contextos arqueológicos a partir de los in- dicadores clásicos usados. Esta situación no ha de extrañar, por cuanto como ha mostrado Nielsen (2006) para otros contextos espacio-temporales andinos,

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