Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur
116 – iguales pero diferentes imaginarios y discursos que la comunidad ha desplegado en tal lugar. Central en tal proceso sería la animación de las rocas que posibilitarían tanto la articulación y construcción de estas narrativas por distintos sujetos no obstante su no co- presencia, así como el pauteamiento de un movimiento ritualizado. La centralidad de esta práctica articularía con los campos relaciones espa- ciales en las que se despliega la vida Diaguita en la región. Al ubicarse los si- tios de arte rupestre en puntos entre dos tipos de espacios diferentes, así como entre comunidades de distintos valles, ellos se constituirían en lugares centrales que median entre distintos espacios, comunidades y humanos que componen a las comunidades Diaguita; su alejamiento de los espacios cotidianos, a su vez, permite segregar esta experiencia del resto de las actividades cotidianas que des- pliegan los Diaguita en su tiempo. Esta constitución de centralidad nos pare- ce altamente relevante, por cuanto como lo sugiere la etnografía andina y las propuestas ontológicas asociadas al analogismo, estos espacios centrales suelen constituirse en áreas altamente sacralizadas, donde se hacen presente y articulan una serie de actantes no humanos que forman parte del mundo y son esenciales para su reproducción (p.e. Allen 2002; Descola 2014; Harris y Bouysee Cassag- ne 1988). Más aún, en estos contextos ontológicos se observan organizaciones duales del mundo, tal como se refrenda en la alfarería Diaguita, donde cada mitad se encuentra poblada por una serie de actantes no humanos organizados jerarquicamente (Allen 2002; Descola 2014; Harris y Bouysee Cassagne 1988), los cuales no pueden combinarse, ni juntarse. En ese proceso, los centros son espacios esenciales para la reproducción del mundo y el orden socio-natural en tanto mantienen segregados este pluriverso de actantes y seres que componen a las comunidades y lo social (Cereceda 1988; Descola 2014). Mientras los petroglifos establecen estos lugares de reproducción social e integración de la comunidad en su amplia escala, en los espacios residenciales esta integración con una comunidad, sus narrativas e imaginarios pensamos que se realiza, al menos, por medio del compartir y usar la alfarería decorada. Si bien está cerámica no presenta una alta representatividad dentro de los contextos re- sidenciales, ella siempre se encuentra en estos contextos indicando que es parte de la vajilla cotidiana de estas poblaciones. En este caso, a partir tanto de su pre- sencia en estos espacios residenciales, como de su uso cotidiano se establece una relación con el resto de la comunidad a partir del compartir no sólo unos códigos visuales y patrones decorativos, sino también construir una serie de narrativas e imaginarios que se asocian con tales conjuntos visuales. De hecho, como lo muestran los estudios de González (2013) y Vásquez (2018), se dan variaciones en los patrones decorativos a nivel de valle que muestran como la producción y
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=