Iguales pero diferentes: trayectorias históricas prehispánicas en el Cono Sur

¿TÚMULOS SIN COMPLEJIDAD? – 101 te distintas capacidades productivas, punto importante que permite sostener la hospitalidad y en definitiva el prestigio del líder de la comunidad, como también en su capacidad de convocatoria, que puede verse expresada materialmente en la construcción de obras colectivas, como los túmulos. La construcción de estos “monumentos” sin duda requiere la concurrencia de un número importante de personas, que seguramente superan en número a la comunidad corresidencial. Lo que nos parece relevante destacar es que la capacidad de convocar (y sustentar tal reunión) no necesita la existencia de desigualdades o jerarquías institucio- nalizadas, sino que es posible a partir de mecanismos de integración como el parentesco y las alianzas, propias de las sociedades sin jerarquías institucionali- zadas como las descritas arriba, y que permiten que las unidades capaces de ac- tivar estos principios puedan contar con una cantidad importante de “mano de obra”. Es importante recordar en relación a esto, que la principal diferencia que se ha registrado hasta ahora es en el tamaño y altura de los túmulos y no en las ofrendas de las personas enterradas en ellas, lo que parece estar más en relación con un acento en el colectivo y en las capacidades de movilizar personas y así, en definitiva, en el tamaño de la comunidad. En este sentido, esta idea sintoniza con lo planteado por Dillehay (2007) en relación a lo que él denomina el “proceso de complejización” en el área reche (sur de Chile), expresado allí materialmente sobre todo en la construcción de kuel en el área Purén-Lumaco. Si bien su planteamiento parece ir en dirección contraria a lo discutido aquí, rescatamos de éste la dinámica política propuesta, en la cual el acento está en la acumulación de “personas” mediante alianzas, y no de terri- torio o de bienes materiales, que acrecientan la posibilidad de convocatoria de ciertas unidades familiares, y cuya principal consecuencia es el aumento del pres- tigio del jefe y por consecuencia también de los miembros de esa unidad familiar. Por otra parte, principios como el atomismo residencial, que parece perma- necer intacto en este período, y las lógicas de la autonomía económica, social y política de las comunidades que tiene aparejadas, se ven reflejadas espacialmente en un patrón de asentamiento disperso, en las diferencias de dieta y en los estilos tecnológicos de la cultura material, que indican que los niveles más relevantes de integración social son las comunidades locales. En síntesis Lo que hemos planteado aquí es básicamente que mirar el pasado tomando en consideración las lógicas sociológicas de organización social y política derivadas

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