Docencia y desarrollo profesional

180 DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS Existe un claro sentido pedag gico de su quehacer y es evidente que las y los asistentes de la educaci n participan del proceso formativo de sus estudiantes en la medida que existan opor- tunidades para ello. Participación en la gestión escolar. En este segundo mbito clave, se presenta la percepci n de procesos y estilos de la gesti n educativa (a cargo, principalmente de los equipos directi- vos), que los excluyen o, al menos, no reconocen el aporte que desde su rol pueden hacer los y las asistentes de la educaci n. Los relatos evidencian discriminaci n e incomprensi n sobre el rol y las funciones que des- empe an, indicando malos canales de comunicaci n, acciones discriminatorias en su contra como, por ejemplo, no ser convocados a participar en la elaboraci n de instrumentos de ges- tión (PEI, Manual de Convivencia, PME) o en ciertas actividades como desayunos, definidas como exclusivas para docentes. En una propuesta se afirma que el no permitir que los asisten - tes de la educaci n sean considerados en la elaboraci n y reformulaci n de documentos tan importantes como el PEI, PME, Manual de Convivencia Escolar, JECD, Consejo Escolar, entre otras actividades, tiene un profundo y negativo impacto, que es la falta de colaboraci n y apor- te en la transformaci n a nivel educativo (Propuesta N°4). Como sabemos, en toda comunidad educativa existe, en términos de Foucault (1993), un posi- cionamiento político, una gesti n de poder, en la que directivos y docentes tienen la hegemo- nía formal, mientras las y los asistentes de la educaci n se mantienen m s ocultos o m s bien invisibilizados (Manghi y Valdez, 2020). Así, se percibe la b squeda del mejoramiento de la cali- dad de las relaciones entre los actores educativos, de las comunicaciones inter estamentales y de mayor reconocimiento a su labor. La subordinaci n jer rquica de la acci n de este actor va en contra de la participaci n y la construcci n de comunidades educativas m s democr ticas. En este sentido, también resaltan la falta de empatía en el trato y la tensi n que se observa entre el mundo adulto y estudiantes a la hora del ejercicio de sus derechos. Estos elementos aparecen también como parte de las tensiones que existen con otros actores educativos en la implementaci n de su rol. La falta de comunicaci n entorpece el trabajo a realizar entre directivos y asistentes de la Educaci n y esto conlleva a la falta de compromiso y de empatía laboral que repercute en las motivaciones. Todo esto se da por la falta de relaci n interpersonal, ya que se contrata personas sin capacitaci n por una remuneraci n baja (…). La deficiencia laboral, la desorganización, el hacinamiento y falta de espacios hace que los trabajadores se estresen y entren en un estado incompetente, que se sientan incapaces de realizar sus quehaceres diarios (…). Como asistentes queremos con este proyectobeneficiar a los trabajadores educativosya que con el pasodel tiempomuchos de nosotros nos vamos desgastando física y emocionalmente. Por tanto, encontramos como grupo que este trabajo traerá muchos beneficios a los trabajadores ya sea en la motivaci n y el desarrollo laboral de cada actor educativo (Propuesta 7). Aquí se evidencia un claro desafío de la política p blica: potenciar cambios y mejoras que re- conozcan la importancia de las comunidades educativas promotoras de un modo de convivir y de reconocernos inclusivo, como parte de lo que entendemos por educaci n de calidad. Ello desde una perspectiva sistémica, impulsando transformaciones en los distintos niveles del sis- tema educativo: sistema, escuela, aula (Murillo y Duk, 2011). Rol en la gestión y desarrollo de la convivencia escolar. Finalmente, el tercer mbito clave nos muestra que, a pesar de que no existía mucho conocimiento o conciencia sobre la con- vivencia escolar y la importancia que esta tiene para el desarrollo de su rol en la comunidad

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