Docencia y desarrollo profesional
176 DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS Respecto de su uso, a algunos/as les permiti poder aplicar los conocimientos cambiando de rol, no obstante, las posibilidades de enriquecer el rol con esta nueva mirada, en algunos casos, se ve constre ida a las posibilidades que entreguen los equipos directivos. En esta evaluación positiva de la acción formativa se destacan como elementos significativos tanto los temas tratados como el dise o metodol gico-did ctico; asimismo, existe un claro reconocimiento de la importancia de las oportunidades de desarrollo técnico y profesional a través de procesos formativos relevantes, situados, atingentes y que proporcionan herramien- tas para la transformaci n individual y colectiva. Yo creo que, hoy en día, la formaci n y el aprendizaje es uno de los principales puntos con el que uno puede motivar a la gente: d ndole la oportunidad. Ese es el cambio que se les puede ofrecer [a los asistentes de la educación]: fomentarles el querer aprender, el querer abarcar un poquito m s de lo que ya saben. Esta oportunidad sirvi mucho para profesionalizar al asistente de la educaci n, sin duda alguna. Claramente le hace un aporte curricular significativo. Fue una muy buena oportunidad para mucha gente (Entrevista N°3). Se valoran, sobre todo, aquellos procesos formativos que permitan acceder a nuevas funcio- nes dentro de sus establecimientos, transform ndose en una real oportunidad de desarrollo la- boral: “Para poder asumir el cargo de encargado de convivencia me sirvi muchísimo el Diplo- ma” (Entrevista N°2); “Lo de resolución de conflictos a mí me dio el pie para pasar a inspector” (Entrevista N°3). La oportunidad de asumir otras funciones dentro del establecimiento es vista como un avance en su desempeño laboral. Un paso incipiente pero significativo en el reconoci - miento del rol de las y los asistentes de la educaci n que, aunque tuvo lugar en comunidades específicas, sin duda representa un aliciente para otras comunidades que quieran empoderar en sus roles a sus actores educativos. Pude exigir que se me reconociera todo lo que había hecho. Pedí una oportunidad y se me dio. Cuando hice el curso, yo era auxiliar de aseo. Este curso junto con otros que hice me permiti pasar a ser inspectora de patio. Amí en forma personal me ha servido mucho. Hoy día veo los resultados y estoy contenta (Entrevista N°1). Con todo, reiteradamente se se ala que existe una falta de espacios de reconocimiento y par- ticipaci n al interior de las comunidades educativas, donde a pesar de la existencia de expe- riencias positivas de reconocimiento a nivel individual, se mantiene la necesidad de instancias de construcci n colectiva que potencien la participaci n y desarrollo del sector, visibilizando institucionalmente su trabajo. La participaci n que había antes del Diploma se mantuvo igual. No hay mayor participaci n, no existen instancias de consulta con los asistentes. Llevo 11 a os en el colegio y me siento estancado. Existe esta dualidad en todos: aprendieron cosas, pero no las ejecutan. No luchan por [implementar] lo que aprendieron (Entrevista N°3). Tal vez, ello explica que casi la mitad de las propuestas analizadas dan cuenta del interés y preocupaci n por promover procesos de mejora en la gesti n de los establecimientos, para de esa forma fortalecer la presencia de las y los asistentes de la educaci n, ya sea mejorando los canales de comunicaci n o los espacios de participaci n, así como el reconocimiento y validaci n de su labor y su incidencia en varios aspectos de la gesti n educativa. Una de ellas, específicamente, la gestión de la convivencia escolar (Propuestas 3, 4, 7, 9). En la medida que exista una comprensi n adecuada y una validaci n compartida de los roles asociados a las fun- ciones que desempe an las y los asistentes de la educaci n, se podr avanzar en el desarrollo de procesos educativos de calidad al interior de las comunidades educativas. El desarrollo de
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