Docencia y desarrollo profesional
167 DOCENCIA Y DESARROLLO PROFESIONAL: FUNDAMENTOS, DEBATES Y PERSPECTIVAS CAPÍTULO 9. LOS DESAFÍOS DE LAS Y LOS ASISTENTES DE LA EDUCACIÓN EN EL ÁMBITO DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR A PARTIR DE UNA EXPERIENCIA FORMATIVA Eloisa Sierralta Landaeta Eric Carafi Ávalos Mario Bugueño Mundaca Jorge Figueroa Figueroa Diego Larenas Farías 1. Antecedentes La educaci n continua de las y los asistentes de la educaci n se presenta como un importante desafío para las comunidades educativas, para los y las asistentes en tanto estamento y actor educativo y para quienes dise an e implementan estrategias formativas dirigidas a ellos/as. Este tipo de educaci n ofrece amplias posibilidades de desarrollo para las y los asistentes de la educaci n, en la medida en que los procesos formativos tengan la capacidad de mejorar su participaci n en sus escuelas/liceos, así como sus competencias técnicas/profesionales y su capacidad de organizaci n y articulaci n, tanto a nivel local como nacional. Dichos procesos, en muchos casos, pueden colaborar también con su autoafirmación y con la profesionalización de su labor cotidiana, en tanto se descubren y reconocen como actores educativos, impactando de manera positiva en sus comunidades escolares y en el despliegue de la política educativa. En tal sentido, la educación continua puede aportar a la resignificación de los roles y las funcio - nes de estos/as trabajadores/as de la educaci n (Cruz y Costa, 2017). El rol de las y los asistentes de la educaci n ha cobrado una innegable relevancia durante los últimos años gracias a la modificación y creación de leyes que buscan el reconocimiento y la mejora de sus condiciones laborales como respuesta a las demandas levantadas por el sector y también por el desarrollo que ha tenido la política educativa en Chile expresada en la Ley Ge- neral de Educaci n 20.370 (2008), la Ley de Educaci n P blica 21.040 (2017) y la Circular N°1 de la Superintendencia de Educaci n (2014), entre otros cuerpos legales y aportes de herramien- tas concretas en este mbito 8 . De este modo, se han ido incluyendo paulatinamente dentro de la comprensi n de calidad educativa e inclusi n, los desafíos que implican los contextos de vulnerabilidad socioecon mica y escaso capital sociocultural de este estamento. Ejemplo de esto son la aparici n de Otros Indicadores de Calidad (Mineduc 2013) o Ley 20.249 de Subven- ci n Escolar Preferencial (2008), donde se hace cada vez m s clara la necesidad de incorporar en escuelas y liceos nuevas estrategias, especialidades, herramientas y sujetos que colaboren con la tradicional labor docente. Algunos de estos cuerpos legales aluden a la conformaci n de equipos multidisciplinarios como apoyo al abordaje integral del desarrollo escolar, social y personal de las y los estudiantes (Bellei et al ., 2014). Habiendo avanzado ya en visibilizar e incorporar a este actor educativo en los procesos de pla- nificación (Mineduc, 2007) y mejora del sistema educativo (Manghi y Valdés, 2020), es necesario reconocer que la diversidad de funciones asociadas al rol de las y los asistentes de la educa- 8 Se sugiere revisar Todos conformamos la comunidad educativa (Mineduc, 2015a); Sentirse seguros en ambientes seguros (2016) de M. Isabel del Valle y M. Isidora Mena; y Ampliando los horizontes de acción de los asistentes de la educación desde una perspectiva inclusiva (2020) de D. Manghi Haquin y R. Valdés Morales.
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