Alberto Minoletti: el vuelo de un grande

70 Alberto Minoletti | El vuelo de un grande No hubo una cita entre médico y paciente. Fue un hecho casual que reunió a Carlos Vásquez, artista visual con el Dr. Alberto Minoletti. Pero conocerlo fue vital, dice: “Si no hubiera sido por él yo no me hubiera rehabilitado”. Cuenta que la historia se gestó en una reunión familiar en su casa, hace años, donde estuvo el médico con su señora y una prima de ésta, producto de una amistad que mantenía su madre con ellas desde la universidad. Descubrió en esa ocasión a este doctor que describe como sencillo, simpático, de buen humor y muy empático. A los 15 años Carlos fue diagnosticado con esquizofrenia. Siguió por años un tratamiento en el servicio privado, donde estuvo muy bien tratado. Sin embargo, con el tiempo y por razones económicas, debió continuar el proceso en el sistema público de salud. Paralelamente, Minoletti era jefe de la Unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud y gracias a su gestión, a principios del 2000, se repartió en todo Chile un fármaco de última generación, la clozapina, que empezó a recibir en el servicio público y que devolvió la estabilidad a Carlos y a miles de otros usuarios. Meses antes, Carlos había dejado su tratamiento médico y tuvo una crisis muy severa que le mantuvo con un insomnio crónico durante mucho tiempo. Recuerda que el Dr. Minoletti le ofreció entonces atención médica cada noche a través de comunicaciones telefónicas. Hoy, con 53 años, Carlos Vásquez cuenta con una nutrida trayectoria como artista visual y ha sido monitor de arte en numerosos centros de atención de pacientes con discapacidad psíquica. Una experiencia muy valiosa que surge entre sus recuerdos fue un concurso de afiche al que llamó la Comisión de Protección de las Personas con Enfermedades Mentales del MINSAL y donde obtuvo el primer lugar. Allí se reencontró con el Dr. Minoletti de quien recibió sus felicitaciones. ¿El Dr. Minoletti lo llamaba por teléfono cada noche? Él me llamaba. Hablaba con él todas las noches por más de dos meses. Sufría de insomnio crónico, me atendía y me escuchaba. Fueron muchas noches las que me atendió por teléfono, porque apenas lograba dormir dos a tres horas. Fue extraordinario el apoyo que me dio. Al poco tiempo comencé a recibir la clozapina a través del consultorio y seguí todas sus indicaciones. Capítulo III - Carlos Vásquez

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