Alberto Minoletti: el vuelo de un grande

33 Alberto Minoletti | El vuelo de un grande Ximena RayoUrrutia, Trabajadora Social, titulada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó un magíster en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, motivada por el Dr. Alberto Minoletti, con quien trabajó estrechamente en el MINSAL primero, desde 1991 en el programa “Quiero mi vida sin drogas”, destinado a niños y adolescentes del país. Continuó por más de veinte años en esa repartición estatal, siendo parte del equipo de la Unidad de Salud Mental, que dirige los primeros años el psiquiatra Alfredo Pemjean y posteriormente encabeza el Dr. Alberto Minoletti desde el año 1997, cuando se formó el equipo histórico de la Unidad de Salud Mental, en palabras del propio Minoletti. Sobre su estilo de jefatura Ximena Rayo dice: “El daba muchas posibilidades de actuar, entregaba confianza. Su norte era la dignidad de los usuarios y creo que todos fuimos creciendo en esa mirada hacia las personas afectadas de enfermedades mentales. Era muy sensible hacia ellos. Era muy exigente con los miembros del equipo, y se molestaba con aquellos que no estaban a la altura de los requerimientos de la tarea”. Resalta el estilo de quienes llevaron adelante los desaf íos de su jefatura: “Éramos un equipo diverso, conformado con profesionales de varias especialidades, fundamentalmente psicólogas, también hubo psiquiatras, enfermera, trabajadora social, sociólogo y una periodista encargada de unórgano de difusión del Plan Nacional, tanto a nivel interno como hacia la opinión pública”. Fueron áreas muy importantes las que este grupo de profesionales abordó bajo la dirección de Alberto Minoletti, poniendo en valor la salud mental en todo el país. Un logro fundamental fue incorporar la atención de salud mental en todos los establecimientos de atención primaria del país, lo que se terminó de concretar con la incorporación de la Depresión en el AUGE, hoy GES. Eso hizo una diferencia absoluta y fue creciendo cada vez más, resalta la profesional. Capítulo II - Ximena Rayo Urrutia