Alberto Minoletti: el vuelo de un grande
28 Alberto Minoletti | El vuelo de un grande apoyo a personas con consumo problemático de alcohol, a cargo del Ministerio de Salud, en donde era jefe su amigo y ex compañero de la Universidad de Chile, el Dr. Alfredo Pemjean. El año 1996 asume el cargo de Jefe de la Unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud. Fue en aquella época que el Dr. Edgardo Pérez había orientado su carrera profesional hacia los temas de acreditación de calidad de los servicios de salud. “En 1982 me interesé en calidad y comencé a entrenarme para desarrollar esas destrezas. Con los años me fui al Homewood Health Center en Guelph, Ontario, que es un hospital de psiquiatría privado. Fui implementando programas de calidad dentro del hospital y recibimos muchos premios, pues estos estaban de acuerdo a los estándares de calidad de las empresas. A través de los años me propuse que este hospital privado ayudara a las personas en diversos aspectos sociales, no solo en la misma ciudad, sino también a nivel nacional e internacional.” ¿En qué año se reencuentran y dónde? Nos encontramos nuevamente enChile en los 90, no recuerdo bien la fecha, pero fue por mi formación en el área de calidad y este programa que desarrollamos en el Homewood que nos permitió dar apoyo internacional. Minoletti quería que en salud mental fuera también incorporado este importante aspecto en los servicios de salud comunitarios de su país. ¿Cuál f ue su labor en Chile? En el Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría del año 2000 estaba incorporado el aspecto de calidad y trabajé junto a la Dra. Gilda Gneco, realizando un plan que contribuyó mucho a la evolución de calidad en los servicios de salud mental en Chile. Ella era profesora, muy capaz y eficiente, fue el centro, el eje del desarrollo de este proyecto. ¿Trabajó directamente con Minoletti? Fui liderado por él. Minoletti tenía una gran capacidad para formar equipos y una sutil habilidad para moverse como en un tablero de ajedrez. Yo venía con distintas ideas, pero él sabía muy bien lo que era posible poner en marcha y lo que no. No era el momento de mover esa pieza. Nunca hizo sentir que las ideas Capítulo II - Edgardo Pérez
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