Alberto Minoletti: el vuelo de un grande

16 Alberto Minoletti | El vuelo de un grande y la prevención del alcoholismo. Añade que no se sabía con claridad las causales de las detenciones en ese tiempo y fue estigmatizado con varios de los epítetos entonces circulantes: comunista, antipatriota, marxista, insurgente. Pemjean hace hincapié en lo importante que fue Canadá para la vida y formación de Alberto. Allá se gestaron y nacieron sus dos hijas. Debió renovar su título de médico y el de especialista mediante una beca en Psiquiatría en la Facultad de Medicina en la Universidad de Ottawa, finalizando con Distinción Máxima. Ambas empresas no fueron fáciles y las sorteó con honores. Probablemente también, fueron años que le confirmaron su valor personal y profesional, lo que luego fue determinante para su desarrollo como gestor de grandes iniciativas en el Ministerio de Salud en Chile. Aunque la gran dedicación de su vida estuvo puesta en su profesión, con un trabajo organizado y riguroso para contribuir a la elaboración de políticas de salud mental para población chilena y mundial, nunca dejó de compartir con su familia, especialmente en ocasiones importantes como aniversarios, navidades, cumpleaños o vacaciones. Un hermoso acontecimiento a su edad adulta fue el nacimiento de su nieta Emilia, la que al partir su Nono , solo contaba con cuatro años de edad. Tío Alberto Un gran pasatiempo de Alberto fue el ajedrez, juego que lo practicó desde su juventud como estudiante, luego en Canadá y los primeros años de regreso a Chile, en la década de los 80, con un sistema increíble, pues dice Marissa, eran jugadas por correspondencia. Cada carta que enviaba era una jugada y cada una de las que recibía era otra. Eso podía tomar meses e incluso años. Este juego de estrategia fue también un fuerte aliado para Alberto cuando la dictadura militar lo confinó a pena de relegación a la localidad de Chillán. Allí, una tarde en la plaza de armas de la ciudad se reunió con unos primos que residían en esa ciudad. Estos, lo invitaron a vivir en su hogar para hacer menos dif ícil el momento que atravesaba junto a su esposa. Su sobrina, Marcela Huepe Minolleti, recordó este hito importante en la historia de la familia. Fue la ocasión en la que el tío Alberto se dedicó cada tarde a impartirles lecciones de ajedrez a sus sobrinos Hugo y Claudia, ambos pequeños que no superaban Capítulo I - Alberto

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