Alberto Minoletti: el vuelo de un grande

115 Alberto Minoletti | El vuelo de un grande Alberto Minoletti, y Benedetto Saraceno alcanzaron a lo largo de muchos años una amistad entrañable. Quizás influyó el origen italiano común, pero sin duda, dice Benedetto, fue el compartir un sueño, bajo una perspectiva democrática de la psiquiatría, que diera dignidad de las personas con patologías mentales. Esa amistad se forjó durante 25 años, y se consolidó mientras ambos desempeñaban cargos de alta representación: Benedetto Saraceno como director del Programa de Salud Mental en la OMS y Alberto Minoletti como Jefe Nacional de Salud Mental en Chile. Para Saraceno la historia se divide en tres etapas: “Hay tres periodos en mi vida en los que está la figura de Alberto. Desde 1990 y 1997 yo aún no era un funcionario importante de la OMS. Era consultor de la OPS. En ese tiempo tuvimos un amigo común: Itzhak Levav. Este me llamaba como consultor para dar cursos en distintos países y apoyar a los programas de reforma psiquiátrica. En 1990 conocí a Alfredo Pemjean, con el cual junto al doctor Levav jugamos un papel central en la formulación de la Declaración de Caracas. En esa conferencia dos países entraron en conflicto, Uruguay y México, pues ambos se sentían impedidos de firmarla, pues serían sancionados por sus respectivos gobiernos. Como por norma general una declaración en el ámbito de Naciones Unidas, como la OPS debe ser aprobada por unanimidad. Pensando que esto podía llevar al fracaso, tanto el doctor Pemjean de Chile como el Dr. David Capistrano de Brasil tomaron el liderazgo y negociaron toda la noche para lograr el consenso y finalmente tuvieron éxito. Gracias a ellos, ambos países votaron en favor de la declaración de Caracas. En mi primer viaje a Chile, conocí a Alberto y se produjo una especial cercanía, tuvimos una enorme resonancia más allá de lo profesional.” La segunda etapa comienza en 1996, cuando Benedetto Sarraceno es nombrado director Mundial del Departamento de Salud Mental de la OMS en Ginebra, período que duró hasta el 2010 cuando se jubila en dicho cargo. En esa época viajó frecuentemente a Chile como director de Salud Mental de la OMS con la idea de apoyar el esfuerzo enorme que estaba haciendo Alberto, pues en ese momento ya Minoletti era el jefe de la Unidad de Salud Mental de Chile. Benedetto recuerda en forma muy especial ese periodo, donde solía ser invitado al restorán Da Carla, situado a solo cuadras del Ministerio de Salud. Ese lugar tenía para Saraceno un gran significado pues su dueña había sido amiga de su madre en la década del 40 y ambas habían sido militantes antifascistas durante Capítulo V - Benedetto Saraceno

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