Manual gestión: tamizaje visual

30 Manual de Gestión de Tamizaje Visual Autoras: Prof.TM. Claudia Goya Lizana / Prof. Mg. Leonor Armanet / Prof. Dra. Ana María Salazar tido en una prioridad para Organización Mundial de la Salud.(OMS) La disminución de AV tiene un impacto negativo en los resultados académicos de los niños, por lo que la co- rrección de los vicios de refracción podría disminuir las dificultades de aprendizaje. Un pobre resultado acadé- mico y la posible deserción escolar asociada, podría reducir las posibilidades laborales y por lo tanto el es- tatus socioeconómico en la vida adulta. La disminución de la visión puede también interferir en la participación de los niños en distintas actividades escolares e incluso en actividades sociales, interfiriendo en su desarrollo psicosocial. (5) Los lentes ópticos son el tratamiento más simple, efecti- vo y usado para tratar los vicios de refracción, los lentes de contacto son también una buena alternativa pero se usan más en zonas urbanas de países desarrollados, mientras que la cirugía refractiva no es comúnmente usada en niños y adolescentes. (5) El uso continuo de la corrección óptica permite que los rayos de luz provenientes del objeto de fijación, hagan foco en la fóvea del ojo ambliope. Algunos estudios han demostrado mejoría de la AV en pacientes que usaron lentes por más de 18 meses, tiempo que coincide con la adaptación refractiva, mientras que otro estudio que comparó la AV entre un grupo tratado con lentes y otro sin tratamiento, observó mejoría de la AV en el grupo con tratamiento, situación que ocurrió como era de esperar en niños con ambliopía anisometrópica y tam- bién, aunque inesperadamente, en niños con ambliopía estrábica, que en su mayoría tenían además hiperme- tropía. (16) 3.4.3 Estrabismo El estrabismo es la desviación de los ejes visuales, que puede ser manifiesta (heterotropia) o latente (heterofo- ria). La posición relativa de los ejes visuales está de- terminada por el equilibrio o desequilibrio de fuerzas o factores que mantienen los ojos alineados en la órbita, factores anatómicos como: orientación, tamaño y forma de la órbita, volumen y viscosidad del tejido retrobulbar, la musculatura extraocular; sus inserciones, elastici- dad, estructura, tamaño, condición de su fascias y liga- mentos de la órbita y factores inervacionales que inclu- yen la influencia de áreas nucleares y supranucleares que gobiernan la motilidad ocular. Cuando uno o más de estos factores se ven alterados, puede presentarse un estrabismo el que será latente o manifiesto, dependien- do de la capacidad que tenga la fusión para compensar el daño primario, por eso y a pesar de que la fusión no tiene como objetivo primordial mantener el paralelismo de los ejes visuales, en ciertas ocasiones y con el fin de mantener la visión única, realiza esta compensación. Si logra ser eficiente estaremos en presencia de una heteroforia, mientras que si no lo logra, frente a una heterotropia. En el estrabismo, la imagen que impresiona la fóvea del ojo dominante, estimula un área extrafoveal en el ojo desviado y por lo tanto no correspondiente (con distinta dirección visual y valor motor), provocando dos fenóme- nos; la diplopia y la confusión. Dependiendo del tipo de estrabismo, de la edad de inicio, del tratamiento, de la oportunidad y de la adherencia a éste, el sistema neuro- sensorial y motor intentará instaurar algún mecanismo compensatorio, con el fin de evitar la diplopia y la con- fusión. Los mecanismos compensatorios se clasifican comúnmente en sensoriales y motores, los sensoriales son binoculares y requieren para su instauración que el niño o niña se encuentre dentro del período de plastici- dad sensorial. Se clasifican en aquel que es inhibitorio; la supresión y otro integrador; la correspondencia sen- sorial anómala (CSA). Dentro de los motores se encuen- tran el tortícolis y el guiño de ojo, entre otros. (17, 21, 26, 27, 28) Epidemiología La prevalencia del estrabismo varía entre 1% a 6% dependiendo de la población en estudio, así en paí- ses como Irlanda la endotropias son cinco veces más frecuentes que las exotropias, mientras que algunos países asiáticos, como Japón, la exotropia es más fre- cuente que la endotropia. Además algunas poblacio- nes pediátricas tienen mayor riesgo de tener estrabis- mo, como niños con retraso o alteración neurológica, prematuros o niños con bajo peso al nacer, niños con anormalidades craneofaciales, hipermetropía alta y los que tienen antecedentes familiares de estrabismo (29). Otros estudios como el de Graham, de niños nacidos en Cardiff, reportó una prevalencia de 5.66% y el estudio de Bruce y colegas, realizado en el Reino Unido reportó una incidencia de estrabismo de 1.38% en niños de 9 a 12 meses y de 5.1% en niños de 33 a 36 meses. (2) Clasificación (17, 21, 26, 27, 28) Existen diferentes criterios para clasificar el estrabis- mo, los cuales usualmente se combinan para su estu- dio y tratamiento: primarios (80%) y secundarios a otra patología ( ej.: catarata); congénitos aparecidos antes de los 6 meses de edad y adquiridos aquellos que se manifiestan posteriormente. Según si son permanentes o intermitentes, dependiendo de la magnitud de la des- viación, dirección de ésta, etc.

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