Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGíA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 99 , incas o posterior, pero tuvimos que modificar esta opinión, al estudiar los antiguos restos indrgenas de Vilama. Allí en- contramos un cementerio chincha - atacameño y en sus inme- diaciones las ruinas de antiguas habitaciones de adobe, com- pletamente destruídas hasta sus cimientos, pero donde de tre- cho en trecho existían vestigios de los muros. No puede ha- ber duda de que las ruinas sean de la misma época del cemen- terio, pues den tra de las habitaciones se encon traron sepu lt u- ras cuyo contenido acusaba el mismo estado de cu ltura. Aun cuando los muros están casi totalmente deshechos, los cimientos de piedra y barro quedan más o menos intactos, de modo que se puede ver claramente la planta y las dimensiones de las habitaciones. Estas en general eran más grandes que las halladas en otras partes. Una de las que estaba en mejor estado de conservación, midió 9 mts. de largo por 7.50 mts. de ancho. A 2,5 mts. de uno de los muros laterales, encon- tramos los cimientos de otro muro que dividía el in terior en dos cuartos. Dicho muro estaba unido a uno de los extremos de la casa y tenía un largu de 6 mts., quedando libre el otro extremo. En un rincón de este lado había una trox cuadrada y a l lado de ella estaba el fogón. En el otro extremo había una puerta de más o menos 1mt. de ancho. Hicimos excavaciones en la trax y hallamos a 60 m. ,de pro- fund idad, huesos humanos y alfarería quebrada. Al excavar el siti o del fogón no se halló más que cen iza y carbones hasta una profundidad de 50 m . Iguales resultados nos dieron las excavaciones hechas en otras habitaciones Los tipos de alfa- rería nos enseñaron la época a que pertenecían las ruinas. Las habitaciones de este antiguo aillo no estaban agrupa- das en forma de población compacta. Se hallaban aisladas, o en pequeños grupos de dos o tres, a lo largo de los antigues terrenos de cu ltivo, que ocupaban un a extensión de más de sesenta hectáreas, cuyas acequias de (Íego y las divisiones de las canchas quedan perfectamente visibles hasta hoy . El campo cultivado corría de oriente a poniente. Era rec- tangular y tenía un largo aproximado de unos 600 mts. por una anchura de 100 mts. Estaba dividido en cinco hileras de canchas de 20 mts. por 15 cada una. Caoa hilera se compc- nía de cuarenta canchas, en total doscientas . En algunos puntos, por el lado sur, &alía una cancha más, cuyo extremo tenía una forma semicircular. Habían cuatro de estas can - chas supernumerarias. Cada cancha estaba rodeada de un bajo muro de barro para el riego, igual a los que se construyen hoy para el mismo propósito, porque el riego en toda la región se hace por anegamiento y los muros suj etan el agua.

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