Arqueología de la región atacameña
88 RICARDO E. LATCHAM existen las r.uinas de una a ntigua población prehispánica, que según tradición, fué el asiento original del pueblo indígena . Este lugar todavía se llama el p1/cará, que en quechua signi- fica fortaleza, pero este hecho no significa que fuese construído por los incas, ni siquiera ocupado por ellos. Es un nombre genérico que se ha aplicado, en tiempos post - españoles a todas las antiguas ruinas indígenas, cuanqo se hallan 'situa - das en un punto estratégico. Es tan común en el noroeste argentino, en Bolivia y en el Perú, como en el norte de Chi le. En tiempos de la colon ia y aun mucho después, se suponía que toda la cul tura hallada en dichas regiones se debía a los incas, sin sospechar que pudieron existir otras culturas inde- pendiefltes y aun más antiguas que la de éstos . La pucará de Chiu Chiu- ocupaba una extensión bastante considerable, pero se encuentra actua lmente en un estado tan ru inosQ que es difícil establecer sus verdaderos contornos o aun distinguir su planta origina l. Esto se d~be en gran parte a que se han llevado las piedras de las construcciones para la edificación y pavimentación del pueblo actual y para otros ed ificios de la vecindad. Quedan muy pocos muros en pie, la mayoría de ellos han sido destruídos hasta sus cimien tos. Sin embargo, hay a lgunos trechos en que se puede estab lecer la alineación de las habitaciones y de las callejuelas· que las se- paraban. Las casas parecen haberse construído de una sola habitación, de cinco o más metros en cuadro, a lgunas rectan- gulares y otras más o menos cuadradas . Las callejuelas no te- nían una anchura mayor de 1.50 m. Las construcciones eran de piedra elJ lajas , bien ajustada y cimentada de argamasa de barro, que con el tiempo se pone casi tan dura como la misma piedra. Por el e,stado ruinoso en que queda esta ciudad y por el des- pojo de .la mayor parte de su material, es dificil dar mayores detalles n;specto del sistema de edificación. E l pueblo estaba construído en una llanura, al lado , oriente del rio Loa y ha ocupado un espacio de varias hectáreas . Al extremo sur de esta población existía un recinto fortfi- cado, al cual se debe el nombre de pucará. Algunos de los muros de dicha construcción están todavía en pie. Tiene un largo de más de veinte metros y parece haber tenido una divi- sión por el centro. Su anchura es más o menos ocho metros. Los muros en pie t ienen una altura de más de tres metros en la parte menos ruinosa y un espesor de 40 cm. Están perfo- rados de trecho en trecho por troneras, como pequeñas venta- nillas de unos 25 cm. en cuadro. Tales troneras están situa-
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