Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGfA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 87 a la oración, cuando comienza a soplar el fuerte viento helado, se retiran a sus casas y se encierran Es esto ló que probablemente hácían los antiguos poblado- res. Su vida diurna la pasaban fuera de las habitaciones, bajo ramadas que deben haber construído en una gran terraza a la orilla del canal de riego, que todavía existe. Los cuartos les servían únicamente para dormir y así ni su poca altura ni su estrechez era de mayor importancia. En cambio formaban un seguro abrigo contra el viento helado nocturno . Para entrar en los cuartos era preciso andar por encima de los murds que les servían de veredas y posiblemente bajaban a ellos por cortas escaleras de palos. Aunque no hallamos artefactos dentro del recinto, que pu- dieran indicarnos la edad de estas ruinas, estimamos que eran de la época atacameña indígena . Llegamos a esta conclusión porque, a cincuenta metros al poniente, hallamos al pie de la falda suave del cerro, un cementerio que era indudablemente de aquella época. Todos los objetos que encontramos en él señalaban esa etapa cultural, sin que descubriéramos un solo objeto que demostrara influencias chinchas. Se puede supo- ner, por su proximidad, que dicho cementerio corresponde a las ruinas, pues no hay otro en las inmediaciones. Diez kilómetros al norte de Quillagua, en una localidad llamada Ancachi, a las orillas del Loa, encontramos vestigios de ruinas de otra antiquísima población, al parecer, más anti- gua que las de Quillagua. Solamente quedaban montones de piedra de río, pero a trechos se notaban alineaciones de pircas caídas. Ocuparían cerca de una hectárea y la cons- trucción, por lo que se podría estimar, tendría aproximada- mente la misma forma que la de Quillagua, pero no se observa ninguna señal del empleo de argamasa. Las ruinas están si- tuadas en una planicie a orillas del río, cercado por dos lados por barrancos de unos veinticinco metros de alto, que la sepa- ran de la llanuTa superior. Es probable que estas tierras ba- jas fueron terrenos de cultivo, aunque hoy no existen vesti- gios de acequias de riego. Encima, en la llanura, a unos tres- cientos metros de distancia, se halla un antiguo cementerio y hoy por los artefactos que hallamos en las pocas sepulturas que no han sido saqueadas, principalmente fragmentos de ces- tería, objetos de hueso y de piedra y algunos fragmentos de vasos de greda muy toscos y primitivos, con algunos pedazos de paños burdos, listados, pudimos determinar que pertene- cía a la época epigonal de Tiahuanaco, probablemente al final del período. A medio kilómetro al norte del actual pueblo de Chiu - Chiu,

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