Arqueología de la región atacameña

RICARDO E. LATClIAM cándose por ello, en parte, el tipo de ornamen tación usada por los Incas. Abrazaba así su influencia una vast"a región, por muchas partes de la cual (Costa del sur, territorio propio ata- cameño, oeste de la altiplanicie boliviana, conquistas dirigidas hacia el Cuzco) recorrieron los mismos chin cha - atacame- ños.» (1) Se ha dicho siempre y es parte del credo de los peruanistas, que las alacenas u hornacinas y más tarde las ventanas que se encuentran en algunos edificios del Cuzco antiguo y otros luga- res vecinos, eran innovaciones sólo cooocidas en la arquitec- lura incaica. Recibieron, unas y otras el nombre de laceo, vocahlo que se ha supuesto quechua y aun aymará, y que figura en todos los léxicos poslespañoles de dichos idiomas. Pero lacea no es voz de origen quechua ni aymará, sino neta- men te atacameño. En la lengua . kunza>, ltakko significa primariamente hoyo, hueco o cualquier cavidad en el suelo y se aplicaba a las grietas grandes, los fosos y a las cuevas . Ya hemos hablado de la costumbre de los atacameños y otras tribus andinas de utili zar las cuevas o grutas naturales como mausoleos, labrándolas artificialmente cuando el cerro o el terreno era propicio. Esta cost umbre existía en toda la región andina y no era exclusiva de ningún pueblo en especial. Sin embargo, lo que no es dudoso es que el nombre laceo, que apa- rece en la prehistoria peruana aplicado a los lugares sagrados o sepulcros de los an tepasados o i~amrill a s. p. ej. Tampu -locco, Sutic - toceo, '\-J a ras - tocco ) Capar - locco, fué in t roducido en la región del Cuzco, con el significado de cueva sepulcral, durante las primeras migraciones de los atacameños a la zona. No se puede dudar del origen atacameño del vocablo, por- que ha dejado en la lengua kunza varios derivados, como ltakkal quebrada, ltokkur zancón, ltakkulttr labrar un pozo. En este mismo sentido lo hallamos en un número de denomina- ciones geográficas de la región, como Toco, Tocopilla, Toco- nao, Taconee, Tococo, Tocol, Tocor, Tocomar, Puritoco, Potoco, Nantoco, etc. Ni en el Perú ni en Bolivia 6e encuen- ~ran semejantes denominaciones. Tampoco se encuentra en el idioma quechua ni en el aymará, ningún derivado de la voz ltakka. Por estas razones es fuerza conceder su origen ata- cameño. La aplicación de este nombre a los nichos, alacenas u hor- nacinas es muy posterior a su empleo como denominación de las cuevas o grutas naturales y también debe ser atribuído a los atacameños (2) A rqueología de Arica :Y TaC1/a. Ob. cit., p. 88.

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