Arqueología de la región atacameña

80 RICARDO E. LATCHAM tinas que asten tan la deformación tabular - oblicua, sean incai- cos, aunque no tenemos datos para poderlo asegurar. Debemos recalcar, antes de terminar, que estas opiniones las presentamos, no como afirmaciones absolutamente com- probadas, sino como hipótesis derivadas de los hechos que he- mos observado y que pueden servir para establecer una nueva pauta para futuras investigaciones. Dejamos al tiempo la tarea de comprobarlas o de desmentirlas. HABITACIONES Las habi tac iones de los antiguos atacameños se diferencia- ban muy poco de las de los calchaquis o diaguitas, en la forma y técnica de su construcción, aunque se encuentran modifica- ciones locales y otras que se deben a la época de su edificac ión. No hemos encontrado, hasta ahora, ed ifici os que se puedan suponer anteriores a la época atacameña indígena, o sea del siglo x, pero las de dicho período se encuen tran con relativa frecuenci a. Son siempre construidos de piedras y ubi cados en lugares donde este mater ial se halla en abund ancia. Los muros son bajos, sin puertas ni ventanas y tampoco tienen nichos o a lacenas . Las habitaciones eran pequeñas, raras veces pasando de cuatro metros por tres. Los techos eran plaflos, construidos de palos atravesados, sobre los cuales se hadan una cubierta de ramaje , y encima se colocaba ulla capa de barro. Esta clase de techo se emplea hasta hoy en toda la región. En la época siguiente - la chincha - atacameña - se intro- dujeron numerosas modificaciones. Los muros se construian de mucho mayor altura; cada habi tac ión tenía su puerta y a menudo también una o más ventanas. Aparecieron las ala- cenas o nichos en el interior y cada habi tación tenia una o más trojes, tambi¿,n construidas de pied ra. Las casas asumían mayores dimensiones y se agrupaban a menudo en forma de verda¿eras ciudades, con sus calles y plazas . Los techos con- tinuaban construyéndose de la misma manera como en la época anterior, pero en vez de ser siempre planos, con frecuencia tomaban un pequeño declive hacia un lado, para formar un agua . Al final de la época, aparecieron las primeras casas de dos aguas, las que se hicieron más comunes en los tiempos de la dominación incaica. Durante la época chincha - atacameña, por primera vez se introdujo el empleo de adobes, para ed ificar en aquellos luga- res donde no había piedra, especialmente en las llanuras. La

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