Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGíA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 75 meneo, dos túnicas más y la momia de un viejo. Alrededor del cuello tenía un cordón de lana, al cual colgaban algunos saquitos de cuero. Abriendo éstos vimos que contenían cris- tales de cobre (malaquita) de 9%. Debajo de la momia halla- mos más flechas, vasijas de greda, puntas de flecha de hueso y de sílice.• No habla de tejidos, ni dice si las momias eran o no vestidas, pero por una mala fotografía que acompañó, figuran desnudas, algo inusitado en ese distrito, sobre todo en la época chincha- atacameña a que pertenece el cementerio en cuestión . En la Puna de Atacama, las pocas sepulturas que conocemos han dado momias en todo respecto parecidas a las del Salar de Atacama y del valle del Loa, únicamente se hallan más deterioradas y las telas en estado de descomposición. Igual cosa pasa en la Puna de Jujuy, donde los cadáveres han que- dado reducidos a esqueletos desarticulados, muchas veces con los huesos fragmentados. Como en muchas partes de esta zona los indios utilizaban cuevas o grutas para sus entierros, no se ha podido hacer un e ~ tudio comparativo de los sistemas de sepul tación de las dos regiones . aunque hallamos la sepul- tación en cuevas en varias partes de la región chilena. Las momias de las últimas épocas, desde el período epigonal, tienen, por la mayor parte, los cráneos deformados artificial- mente. Se encuentran las dos formas de deformación -la levantada o fronto - occipital y la echada, llamada común- mente aimará. Por lo que hemos observado, esta última deformación es la más antigua en la región y se halla con más frecuencia en las sepulturas de la época de Tiahuanaco, aunque en algunos casos se encuentra también en momias del período atacameño - indígena. Sin embargo, la deformación más corriente en este período es la fronto - occipital que Imbelloni llama tabular- oblicua, en que el cráneo va inclinado hacia atrás. Durante la época chincha - atacameña, casi la única defor- mación es la frontal, con la frente deprimida y el occipucio vertical que Imbelloni llama tanular - erecta. Pero en medio de una mayoría grande de cráneos deforma- dos, se hallan también algunos normales. Sin embargo, es difícil establecer una forma natural típica y los normales fluc- túan entre la braquicefalía y la sub - dolicocefalía. A pesar de existir en los museos, centenares de cráneos y momias de diversas partes de la región atacameña, hasta ahora su cra- neología ha sido poco estudiado. (Fig. 22). En 1901 y 1902, el Dr. Luis Vergara Flores, de Tocopilla, publicó varios artículos sobre mediciones de cráneos sacados
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