Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGÍA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 9 extenso material arqueol6gico, pero 110 pudo clasificarlo por pe- , ríodos, por razones que él mismo di6 a conocer en la prensa . Dice; .Por la revoluci6n continua de los r,ntierros más antiguos no hay casi ningultO independiente o intaclo. Todo el suelo hasta la hondura de 1.40 metros forma una. l/Iezcla infinita de tierra, cráneos, otros huesos y numerosos objetos, testi1110niN de la civi- lizaci6n de diferentes épocas, difíciles de separar para la reconso trucci6n de la historia antigua.» (1) . Nuestras excavacion.es en Quillagua pudierqn aclarar en gran parte esta situaci6n. Tu!'imos la suerte de encontrar en el oasi~, re/f/enterios separados de dos distintas épocas y otro más antiguo, a unos diez kil6metros más al norte, en 1In lugar llamado Ancachi , asiento abandonado desde hace siglos, por motivos ignorados . , En estos cementerios abrimos cerca de 1m centenar de sepultu-, ras intactas y como raras veces encontramos en ' ellas u na sepul- tación secundaria, pudimos estudiar el~ mejores condiciones que se había hecho hasta entonces, los lipos de artefactos pertenecien- tes a las dos ,¡ltimas épocas culturales preincaicns. Pudimos formar una idea (menos completa por la gran destrucción de las sepultúras de A ncachi, efectuada por los buscadores de tesoro) de la época que Ultle llama. epigonal de Tiah'llanaco. Una gran parte de las indicaciones respecto del tipo de artefactos pertene- cientes a calla época qtte hacemos en el desarrollo de este trabajo, se fundan en las observaciones hechas durante estas excavaciones y el cotejo de ellas con las que hemos podido hacer en e:r:ploracio- nes efectuadas en otras' partes. Las influencias, en la regi61t, que se pueden atribuir a la wl- tura incaica son rélativamente pocas y no se hallan en todas par- tes. Comunes en las provincias diaguitas de Coquimbo y A ia- cama, casi desaparecett al norte de Caldera. En Tallal, casi no se han encontrado indicios de tales illfluencias y de A ntofagasla solamente conoce.mos 1m vaso de pie que puede atribuirse a dicha cultura. Ni en Q!lillagua ni en Calama hallamos S1lS restos y Uhle tampoco los halló en este último lugar. Donde más' abun- dan es en los lttgare.ios que bordean el -Camino de los Incas >- Conchi , San Pedro de Atacama, TocorLao, etc., - donde haY ,se- pulturas cuy~s artefactos demuestran influe,ncias genuinas de la cttl.'ura incaica. Uhle er,conlr6 en Tacn.a cementerios saqueados y por los fragmwlos de alfarería desparramados pudo cercio- rarse de que pertenecían a esta época. Indicios de la misma cul- , tura se han hallado también e11, Pica y otros valles mbandinos del (1) Artículo titulado eLos indios Atacamefios>. -El :Mercurio >, Santiago . Sábado 7 de Diciembre de 1912, p. 5.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=