Arqueología de la región atacameña
68 RICARDO E. LATCHAM al norte de Chiu - Chiu . Eran todas en forma de pozos cilín- dricos, sin nichos en el fondo y sin indicios de techo. En 1905, a un kilómetro más o menos al oeste del caserío de Toconao hicimos excavaciones en dos éementerios de tipos distintos, uno de los cuales era de esta época y el otro más moderno (incaico) . El cementerio chincha - atacameño estaba situado en una pequeña meseta, que se compone de cascajo y tierra de a lu- vión que forma una masa compacta y dura. Las sepulturas tenían una profundidad de 1.20 a 1.30 m. y llevaban la forma de una botella de agua, con la boca más o menos de un metro de ancho en una profundidad de 40 ó 50 cm. ensanchándose más abajo, hasta formar una excavación circular de 1.50 mt. de diámetro , por 80 cm. a un metro de altura. Los cadáveres momificados estaban en posición seIi::ada, con el mentón sobre las rodillas y la cabeza inclinada hacia adelante y los brazos cruzados sobre el pecho. El aj uar funerario estaba colocado alrededor del cadáver. (1) En la Puna de Jujuy, en cuanto sabemos, no se han encon- trado estos tipos de sepultura. Esto es un argumento a favor de la tesis de Vignati, de que los habitantes de aquella Puna no eran atacameños . Aceptamos esa hipótesis, no por la di- ferente manera de sepultar a los muertos, sino por otros moti- vos que hemos señalado en el curso de este trabajo. Pero, no es menos cierto que las influencias culturales atacameñas lle- garon a ser dominantes en la misma zona, lo que significa con- tactos constantes y prolongados, especialmente en el período chincha - atacameña y aun antes. Durante la época incaica, que dicho sea de paso, comenzó en la región atacameña a lo sumo setenta y cinco años antes de la aparición de los españoles, se introdujo, a lo largo del Salar de Atacama y el camino del Inca, un nuevo tipo de sepul- tura, el de los t(¡mulos. l\'lás atrás, al referirnos a las exca- vaciones que hicimos en Toconao, mencionamos un cemente- rio in caico que habíamos hallado en el mismo lugar . Tomamos de nuestras notas de viaje, los siguientes datos «A unos trescientos metros más al sur del cementerio (chin- cha - atacameño) y sobre la misma meseta, hallamos un pe- queño grupo de cuatro t(¡mulos, semiborrados y que no tenían mayor altura que unos 80 cm., aunque es evidente que origi nalmente debían haber tenido mucho más, porque en parle no alcanzaba a cubrir las cámaras de pirca que se hallaban en el interior y que formaban las verdaderas sepulturas. Abri O) Alfarería Negra. Ob. cit.
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