Arqueología de la región atacameña
66 RICARDO E. LATCHAM Describe el mismo au to~ un cementerio de párvulos encon- trado a tres kilómetros a l oeste de Tacna. • Cosa curi osa. En ese cementerio se abren dos, cuatro, diez o m4s sepulcros, todos iguales en CORstrucción y con te- nido: son niños chicos los que hay enterrados allí. Ese sitio lo bautizamos con el nombre de .Cementerio de guaguas>. Los párvulos están en sepul turas hechas de piedras. Cuatro pequeñas lajas cuadrilongas enterradas verticalmen te dejan un espacio cuadrado de 60 cm. de hondura y 40 de ancho: en ese nicho, cubierto por un poco de tierra, está guardado el ca- dáver. Los cuerpos se hallan envueltos en una tela gruesa de lana o a lgodón y no pocos están metidos en una alforja perfec- tamente conservada, n i más ni menos que las usadas hoy por los indios que venden yerbas en todas las ciudades de Amé- rica. Y todavía más, este envoltorio se ha guardado en una red de soga hecha de totora o batro con mallas como las redes de los pescadores. Las cabecitas de esos esqueletos (no esta- ban momificados) son chicas y los hllesos tan delgados que parecen. cascaritas secas ; el pelo terso, castaño, casi rubio y completamente adherido al cráneo. Lo único de extraño a llí eran semillas de maíz tostado, choclos muy pequeñitos e in- tactos, corontas de maíz, y, en cada sepu lt ura, dos pies de lla- ma , ta l vez destinadas a ayudar en su marcha al débil via- jero. > Esta cost umbre de enterrar patas de llama en las sepu ltu- ras de párvulos, la hemos encontrado en Quillagua, en Anca- chi y en Tchecar, en todas las sepulturas donde estaban in- humados niños chicos, pero no sabemos la extensión que puede tener. En Chiu - Chi u hemos encontrado fetos de llamas en sepulturas de niños, pero a l parecer esta costumbre no era muy generalizada. Dos de estos fetes estan actualmente en el NI useo Nacional. Canales también ' habla de cementerios de adultos de la ve- cindad de Tacna. Dice: «A pocos metros del Cementerio de guaguas, fué encontrada una sepultura grande de escasa pro- fundidad, hecha 'en forma de óvalo, con un ensanchamiento circular hacia el lado del oriente. Ahí salió el cuerpo de un hombre y a ambos lados del extremo del óva lo, dos cadáveres más. ' «En otra t umba se halló el cadáver de una mujer. > «Avanzamos dos millas más a l oeste. Los genti lares au- mentan; en cada pequeña altUl a hay nuevos cemen terios, y los trabajadores me aseguran que se ve igual cosa hasta la orill a del mar. En este sitio fué donde se abrieron cerca de cincuenta tumbas; las que se presentaban ya excavadas, eran
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