Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGíA DE LA REGlÓN ATACAMEÑA 65 El Dr. Vicente Dagnino (1) nos da a lgunos datos respecto de las sepul t uras indígenas de la región de Tacna y Ar ica, aun- que no lo sufici en temen te preciso para poder señalar la época a que pertenecen. E n t re otras, da esta curiosa noticia. Co- mentando lo que di ce Frezier, agrega : .Es un hecho que la costa del partido de Ari ca, entre el puerto (Arica) e ll o, fué sitio de predilección de los indígenas para cava r sus t umbas. Los sepulcros de los personaj es no eran tan senci llos. Que- daban sobre el nivel del suelo, y los hacían de adobes y deforma cilíndrica de cinco o seis pies de diámetro, de doce a catorce de alto, con b6veda como un horno. Ahí se sentaba el cadáver y lo emparedaban. » No hemos visto jamás semejantes sepulturas y no conoce- mos otro dato al respecto. El autor tampcco indica el luga r preciso donde existen. Bollaert dice que en su segunda visita a Arica en 1854, cuan- do se estaba constr uyendo el ferrocarri l a Tacna, habían exca- vado una parte del Morro, para rellenar de tierra la orilla y a l hacer el corte se había descubi er to un antiguo cementerio. •Las tumbas están cerca de la superfi cie alineadas en un cer- cado de piedra lisa. Los cuerpos estaban sentados, comple- tamente disecados y envueltos en mantas de lana o de algodón.> Los objetos que se ha ll aron en estas sepul t uras, eran: <ves- tidos de lana o a lgodón de varios colores, muestras de arcilla ordinaria (cerámica), pipas de caña, a lgunos otros artícu los y un objeto color de oro semitransparente, el cua l se ha deter- minado ser el ojo de una jibia.> Respecto de los ojos de jibia usados a menudo por los indígenas de Arica para hacer co lla- res y brazaletes, escribe Uh le: <alimento muy común en esta región como se ve por los ojos de jibia ~, que antes se recogieron por millares en los residuos de coci na an tiguos. » Pág. 85. Canales (2) , hablando de los numerosísimos genti lares de la vecindad de Tacna, dice: «Los trabajadores los conocen porque en el suelo se ven unos espacios de tierra deprifT'idos y circulares . Cavan a lgo y luego aparece cen iza, no es más que una arena fina y blanquizca, común a todas las sepultu- ras indígenas; a cua renta centímetros hay ulla pi edra grande que sirve de tapa, debajo, un utensi lio cualquiera, mate, ollas, cán taros, etc., aparece la cabeza y pOCO a pOCO todo el cuerpo del cadáver a llí en terrado. > O) El Corregimie"to ele Ari, a. Tacna. 1909. (2) eLos cementerios indígenas en la costa del Pacífico », por l'~dro ]). Ca· n:lles. Actas del XVII Congreso lntcrnacional de Amcricanistas. PI") . 2iJ a 297. Buenos Aires. 1912. ARQ UEOLOGIA 5 ,

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