Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGÍA DE LA REG16N ATACAMEÑA 57 dal de pt:lícano y, a veces, en cueros de huanaco. Sin embargo, casi la mayoría de los cadáveres de aquellos tiempos primiti- vos se hallan desll udos. Hablando de las sepulturas más antiguas de Arica, dice Uhle: «La técn ica de la sepultura misma era sencil la; inhuma- ban los cadáveres generalmente a poca profundidad, 30 ó 40 cm. debajo de la superficie del suelo, en la arena. En a lgunos cernen terios las momias estaban sepu1tados a troche moche, tendidas en varias direcciones, unas sobre otras. Hay tam- bién cementerios con sepulturas acumuladas hasta la profun- didad de 1.50 m. debajo de la superficie.> No hemos encontrado al sur de Cobija el tipo de momia descrito por Uhle, en que vaciaban la caja d!'l cuerpo para re- llenarla después con materias extrañas, introduciendo palos en diferentes partes del cuerpo para enderezarlo y sostenerlo , cubriéndolo después con una capa espesa de barro. Uhle no describe las sepulturas que halló en Pisagua, las que atribuye a la época de las rL~i nas de Chnv1n de Hua llta r, ni las del período de Ti ahuanaco, de la mi sma localidad. De este último período encon t ró varios cementerios al noroeste de Tacna, .con miles de sepulturas>, pero como éstos habían sido devastados, no los describió. En otra parLe de la vecindad del mismo pueblo, halló dos sepul.turas de párvulos, del mismo período . Dice de ellas: .Las dos sepulturas tenían la forma de celdas estrechas, for- madas de piedras del río, tapadas con o t ra piedra. Descen- dían hasta 75 y 55 cm. debajo de la superficie de l suelo. Cada una de las dos contenía la momia de un párvulo en cuclillas , con su pequeño ajuar. > En Arica halló sepulturas de la época, que tenían 1.50 mt. de profundidad con . cadáyeres dohlados y cosidos en trapos. ' Aunque conocíamos Il na serie de a rtefactos de la época de Ti ahuanaco y de la epigonal, hallados en San Pedro de Ata- cama, Toconao y Pica, no teníamos datos seguros respecto de la forma de las sepulturas en que se encontraron, pero en nues- tra última expedición a esta zona, pudimos reparar en parte este desconocimiento. En Chorrillos, en las inmediaciones de Cal ama y dentro del recin to de los cuarteles del Regimiento Andino, acantonado en ese lugar, descubrimos un pequeño cementerio que había escapado el saqueo general efectuado en toda la región por los norteamericanos que trabajan en Chuquicamata, y estaba intacto. Abrimos veintiséis sepulturas y aunque el resultado fué muy pobre, por la destrucción casi completa del conten ido ,
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