Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGíA DE LA REGI6N ATACAMEÑA 365 nes donde notoriamente en tiempo habitaron diaguitas y ata- cameños. > No sabemos hasta qué punto sea admisibl e esta observa- ción, especialmente en lo que se refiere a los atacameños, por- que, hasta ahora, no conocemos más que una de tales piedras en la región atacameña, que se halla un poco al norte de Taita!. En un artículo publicado en 1929, (1) pasamos en revista todas las descritas en Chile y la Argentina y al hablar de su distri- bución geogr6fica dijimos: . Las piedras de tacita o de morte- ros de la Argentina se encuentran todas a l norte del paralel o 33° y , con la excepción de las de Capilla del Monte, que se halla en la parte septentrional de la Sierra de Córdoba, todas perte- n ecen a la región andina. Su límite conocido hacia el norle es la Puna de J ujuy y la Puna de Atacama (paralelo 24°). En Ch ile, por el contrario, no se conoce ninguna (debemos excep- tuar la de Taltal) a l norte del departamento de Ovalle en pa- ralelo 30· 3'; pero se extienden hacia el sur hasta el Toltén (39 ' 3'), encontrándose varias en plena región araucana. > De las dos piedras señaladas por Boman y que son las úni- cas conocidas en la Argentina fuera de la zona diaguita, una, la de Saladillo, se halla en los límites del Chaco y la otra en Peñas Blancas en la Puna de Atacama, un poco al norte de San Antonio de Cobres y es la única que se halla dentro del territorio atacameño. Como resultado, se puede decir que , si en la Argentina la mayoría de las piedras de tacitas se hallan en la región dia- guita, en Chile, de un total de ochenta y seis descritas, sola- mente doce se encuentran en las provincias diaguitas y una sola en la zona atacameña. Las demás se encuentran al sur del Choapa y especialmente en las provincias de Aconcagua, Val paraíso y Santiago, donde hay respectivamente doce, vein ticinco y quince, o sea más que la mitad conocidas en Chile. No sabemos tampoco si se puede .relacionar las piedras de lacitas con los petroglifos. En tal caso, habría que pensar que tal vez deberían, sino su origen, al menos su extensión, a las influencias chinchas, las cuales se esparcieron por todo el país hasta el golfo de Reloncaví, como hemos demostrado por la decoración de la alfarería, a la vez que por toda la región diaguita de la Argentina. • (1) 'La. piedras de tacitas de Chile y la Argentina. por Ricardo E. LAT- CllAM. R""ista U"i..,süaria. Afto XIV. N.o 4. Santiago. 1929.
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