Arqueología de la región atacameña
· . 304 RICARDO E. LATCIIAM " ..., diaguitas, son: uno encontrado por Uhle en Cal ama y restos de otros dos descubiertos en el cementerio chincha - ataca- meño de Quillagua. La decoración de éstos es del mismo estilo que en algunos de los escudos de la alfarería mencionada, o en las calabazas de Hualfin. (1) Puede compararse también el doble espiral que ocupa un lugar tan prominente en el petroglifo que hay entre la Oficina Salitrera de Santa Fe de Toco y Quillagua, reproducido por Plagemann; los rectángulos llenos de líneas onduladas de los de Rapel, los espirales de otro en Quile, los numerosos CÍrcu- los, figuras de S y volutas de aquel de RivaQavia, todos estos últimos fotografiados por Strube- Las figuras de tigres con el cuerpo rellenado de puntitos y CÍrculos de los petroglifos de la Quebrada de Cobres (2) son iguales a los esculpidos en muchas espátulas de hueso, de Tal- tal, Caldera y La Serena todas de sepulturas chincha - ataca- meñas o chincha - diaguitas. La cara cuadrada grabada en el mismo petroglifo es también análoga a otras que se hallan en dos tazas de greda de Tal tal de la misma época. La figura de la serpiente de dos cabezas triangu lares o bipar- titas, de líneas y ángulos rectos, tan común en la alfarería santamariana y que se suponía pertenecer a la época de Tia- huanaco exclusivamente, aparece en algunos petroglifos también se encuentra como decoración de una taza chincha- atacameña de TaIta!. Estos ejemplos se pueden multiplicar, pues figuras pertene- cientes al arte chincha se repiten en casi todos los petroglifos de la zona en cuestión. Sin e¡nbargo, sufren muchas modifi- caciones locales y al lado de ell as hay' otras que se deben a la imaginación artística de su autor. La costumbre de hacer petroglifos perduró a través de mu- chos siglos, porque encontramos algunos que demu estran in- fluencias incaicas, especialmente en Cbile Central, como tam- bién otros que son postespañoles en que se ven figuras de jine- tes a caballo, como en uno de los fresccs de Chulín, reprodu- cido por Boman. Fig. 195. Antes de terminar este capítulo, debemos referirnos a las piedras de tacitas o de morteros como son llamadas en la Ar- gentina. Hablando de ellas, dice Uble: . La costumbre de usar peñas como materiales era quizás característica para los atacameños en otro sentido. Piedras o peñas de tacitas o morteros en peñas se encuentran por una gran parte en regio- (1) AMSROSIrTTI: Arquoo/ogía Calchaqui. figs. 100 Y 101. (2) BOl&AN: Antiquités. Ob. cit. tg•. 100 y 101. ...
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