Arqueología de la región atacameña

• 362 RICARDO E. LATCIIAM los Andes, desde Colombia al ~ur, todos tenían a su llegada, una cultura más adelantada que los de las selvas y llanuras del este. . Los arqueólogos no han resuelto definitivamente cuáles fueron los orígenes ele las culturas an-dinas, aunque se han avanzado numerosos hipótesis al respecto. Lo que parece seguro es que no tuvieron un origen único; ni antropológico ni etnológicamen te. Esto explicaría, en referencia a los -petro- glifos, la diferencia en tipo entre una zona y otra de la región andina. El tipo ando - peruano, el que nos interesa por el momento, se extiende desde el Perú central hasta Chile central e induye el altiplano de Bolivia y el noroeste de la Argentina. En esta zona, como dice Boman, ' 105 caracteres fundamentales de los petl'oglifos, aun cuando de norte a sur se diferencian e~ detalles, todos conservan un aire de familia. Un análisis meticuloso de todos estos petroglifos y el estudio comparativo de las etapas culturales qu e han dejado sus huellas en la misma región, nos convencen que las diferencias que se observan de un lugar a otro, se deben en parte a la diversa idiosincracia de los habitantes, pero, más quizá, a la diferencia de la época en que fueron ejecutados, obrando en ellos diferentes influencias artísticas que a veces son fáciles de señalar. Uhle opina que tan to los petroglifos como también las pie- dras de tacitas, de que hablaremos más adelante, procec\en «de la época epigonal de las antiguas civilizaciones peruanas.> Nosotros estaríamos dispuestos a aceptar est;¡. hipótesis, siempre que se refiriera a la ('poca epigonal de la civi lización de Tiahuanaco, porque con la e.'('epción dudosa de un á rbol gigantesco del valle de Pisco, ninguno de los petroglifos perua- nos o bolivianos (dentro de los límites indicados) se relaciona con un arl e anterior. Procediendo desde Arequipa: al sur podemos decir con más o menos seguridad que muy pocos de los petroglifo~ conocidos son de dicha época o d!'1 período I~ eta- mente atacamepo. En los petroglifos de esa época se presen- tan figuras de llamas y a veces de aves, con los cuerpos dise- ñados por rectángulos u óvalos y son menos esquemáticos que en las épocas posteriores. Sin embargo, esta forma continuó a traves de los períodos siguientes, al lado de otros motivos más nuevos. Pero la gran mayoría de los petroglifos perte- necen a la época en que se hicieron sentir las influencias de I)s ch in chas en su expansión hacia el sur. Antes de la introducción de dichas influencias, en el arte al'aca;neño como también en el diaguita de más al sur . se em- pleahan únicamente dihujos y motivos geomé>tricos r('('lilíneos, con la sola e,cepción del círculo, que aparece de vez en cuando

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=