Arqueología de la región atacameña
3óO' RICARDO E. LATCHAM modo que ha llenado los grabados en aquellas secciones, pero estimamos que esto ha sido accidental, en todo caso. Los petroglifos de Chalinga, como la mayor parte de los hallados en la región diaguita, son bastante diferentes en sus motivos a los de más al norte. Boman, quien dedicó mucha atención al estudio de los petro- glifos de la región andina, hace una serie de observaciones que concuerdan en general con las nuestras y, al tratar de ubicar- los dentro de los tipos continentales, dice: cA pesar de estas dificultades, al examinar en conjunto las inscripciones rupes- tres conocidas de la región andina·, se percibe que hay en el estilo de estos petroglifos ciertos rasgos característicos que los acercan entre sí y que los distinguen de las inscripciones rupes- tres de otras partes de la América del Sur. No obstante debe exceptuarse ciertos ejemplares mi generis que existen aquí y allá en la región, lo que, por otra parte, es igualmen te el caso en otras regiones que presentan un tipo particular de petro- glifos . Sin embargo ,al pasar de una parte a otra de la vasta región ando - peruana, se observa también algunas diferencias en lo que toca a 105 pelroglifos. En el Perú la llama es el ele- men to princi pal de la iconografía rupeslre, y estas llamas son siempre representadas de la misma manera característica, casi sin líneas curvas, empleándose en los dibujos únicamente líneas rectas o superficies limitadas por líneas rectas. En el sur, en la región diagui ta, las ll amas ll egan a ser más escasas en los petroglifos y son reemplazadas por otras figuras variadas. Al contrario, los enjambres de líneas curvas irregulares enlaza- das llegan a ser más frecuen tes, y, en el extremo sur, en Men- doza y en las provincias centrales de Chi le, este (dtimo género de petroglifos es el más común. cAl comparar las variaciones extremas de los petroglifos de la región andina, tal vez no se encontrarán puntos de contacto; pero si se estudia toda la serie, se encontrará que un grupo tiene analogías muy marcadas con el grupo más cercano, éste con olro grupo, etc.; y de e~tas analogías sucesivas resulta la afinidad general de determinado tipo. Por el contrario, falta esta afinidad si se compara los petroglifos de la región ando- peruana con los de otras regiones de América del Sur .' e En resumen, a juzga,· por nuestros conocimientos actuales, toda la región ando - peruana presenta una serie de petroglifos sin solución de continuidad y todos señalan cierta afinidad, desde el Perú hasta Mendoza y Colchagua, pero también cier- tas variaciones que, sin embargo, no son constantes.> (1) (1) Ant¡~ums. 01;>. cit. Tomo II. !,p. 823-4-5.
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