Arqueología de la región atacameña

354 lUCARDD E . tATCtIAM Bolivi~, repr~sent~ción de un combate con hondas, en una peña cerca de Cacallinki en la provincia de Carangas.» (1) Reproducimos aquí una breve descripción que hace Uhle en otro trabajo, de los petroglifos del valle de Ch incha: . Los pe- troglifos que aparecen en las varias superficies de los bloques dispersos, miden desde 21 cm. a 130 cm. en altura. Algunos de los más hermosos se hallan entre los menores. Por supuesto el dibujo de estos petroglifos no es esmerado. Son de color más claro que aquél de la superficie de la roca, y percutidos o excavados en forma de ranuras que en ninguna parte tienen una profundidad mayor de 2 mm. Algunos son posiblemente de origen reciente , pero la mayoría de las 200 figuras deben ser prehispánicas. Las siguientes son algunas de las figuras más notables. Un animal mítico , emplvmado y vermiforme, arqueado como los motivos de monos en la alfarería, aunque es probab le que este animal no represen te el mono. El cuerpo lleva cola, una cabeza humana coronada, aparentemente con tembeta y brazos y piernas humanas. Tiene en la mano un instrumento o arma y otra figura más pequefía y parecida a pez, está adherida al cuerpo. El conjunto tiene una altura de más o menos 25 cm. Creo antiguo el período a que per- tenece esta figura, con seguridad más antiguo que el incaico ... Una deidad bárbara en la mano izquierda sostiene por el pelo la figura pequefía de una cabeza humana. La cabeza cua- drada de esta figura es característica de los períodos más an ti- guos de las civilizaciones peruanas. Otros petroglifos repre- sentan el sol, una culebra, una lechuza, un cuadrúpedo curioso y un hombre que se cae. Estos petroglifos parecen haberse originado en referencia a una mina de cobre de la localidad ya que no los hay en ninguna otra parte de la vecindad. .. ., en verdad ninguno de los petroglifos me da la impresión de ser incaico, mientras que muchos de ellos parecen ser típicos de épocas más an tiguas .• (2) Merecen mención aparte los pintados de Tarapacá, que son únicos de su género. En primer lugar son gigantescos y algu- nos tienen una extensión de tres o má kilómetros de largo. Por su tamaño, no se ha empleado en ellos la misma técnica como en los petroglifos corrientes. Ocupan toda la falda de un cerro. Para producirlos se ha sacado la costra e irregula- ridades, hasta IIcg;ar a la roca ,iva, en el trazado de la figura que se quería representar. Siendo más clara la roca que la costra patinada, la fi gura resalta a la vista y a causa de sU (1) Fundamento8 étnicos. Ob. cit. pp. 17-18. (2) Exploralion al Chincha. Ob. cit. p. 91. - j

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