Arqueología de la región atacameña
-- CAPITULO XIII PETROGLIFOS En ambos lados de la cordillera de los Andes, desde Colom- bia hasta Chile austral e igualmente, aunque en menor número, en las selvas del Amazonas y del Orinoco, las llanuras de Vene- zuela, en las mesetas de Brasil, en el Chaco y en la Patagonia hasta Tierra del Fuego, se hallan rocas, peñas y aun grandes piedras sueltas, cubiertas de figuras, signos y líneas, grabadas o pintadas, que han sido llamadas variamente petroglifos, pictografías, piedras escritas, pintados o, muchas veces por el vulgo, piedras garabateadas. Preferimos llamarlas petroglifos, por ser esta denomina- ción consagrada por la costumbre científica. Los hay de pe- queñas dimensiones y los hay también que ocupan toda la falda de un cerro, como algunos que se hallan en la costa de la provincia de Tarapacá y del Perú meridional. Algunos petroglifos están grabadas en las rocas con líneas excavadas que fluctúan entre 2 y 20 mm. de profundidad, otros ,como algunos frescos, están pintados con colores mine- rales indelebles, generalmente el blanco y el rojo, más rara- mente el negro u otro tinte como el amarillo, el verde o el azul. Son igualmente comunes en Norte América, como también en otros continentes, sin que por el momento se pueden esta- blecer correlaciones o hacer comparaciones que signifiquen un común origen, o que se los pueda atribuir a un solo pueblo de- terminado. Al contrario, cada zona presenta tantas diferen- cias de estilo que sólo por la técnica empleada en su ejecución se puede decir que tienen algún parecido. Las pinturas que se hallan en las cuevas, grutas o abras en las rocas que hayan servido para habitaciones o sepulturas de pueblos ya desaparecidos, se llaman generalmente pinturas rupestres o frescos, pero, para los efectos de este estudio, las incluimos entre los petroglifos, aun cuando no sea del todo correcta semejante denominación.
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