Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGÍA DE LÁ REGIÓN ATACAMEÑA .33 Cierto es que el motivo de la serpien te perdura en el arte chincha - diaguita, pero la forma en q~,e se presenta es distinta, como lo son tambIén los demás motIvos con que, a menudo, va combinado. (1) En 1926, terció en el debate Roberto Levillier. (2) Después de pasar en revista los puntos principales de la controversia, se muestra partidario de la existencia en la cultura diagui ta de evidentes influencias de la civilización de Tiahuanaco. Dice: . Las opiniones como se advierte, se encuentran divididas, sur- giendo, sin. embarg?, del conjunto una impresión fav<;lra?l e a la influencIa de Tlahuanaco ... '. Nos complace reulllr en este trabajo algunas expresiones de arte de Tiahuanaco, cuyas afin idades con ejemp lares diaguitas y otras culturas de mar- eadas analogías, exceden de simples coin cidencias. La prueba gráfica, cuanto mayor sea, servirá más tarde de punta l a las doctrinas que se sustentan.» Dejemos a un lado esta polémica que queda sin resolver de- finiti vamente y volvamo al punto que más nos interesa por el momento-las correlaciones entre la cu ltura atacameña y la de Tiahuanaco, pero antes queremos hacer una rectificación . En 1927, publicamos un artículo describiendo ciertos arte- fac tos de greda de la región diaguita - chilena (3) que atri- buímos a la época y cultura en cuestión. Desde entonces, con un estudio más prolijo del arte chincha y de la manera como se expresaban sus influencias en las culturas chilenas y argen- tinas, hemos tenido razones para modificar en parte nuestras conclusiones. El arte chincha conservó motivos originarios de aquel .de Tiahuanaco y los utili zó, ya solos ya en combina- ción con otros extraños, hasta la época de los incas. Para con- vencerse de esto, basta hojear el Vol. 21 de las Publicaoiones de la Universidad de Califo(IJia. (4) En nuestro artículo y en las figuras que lo acompañan, atri- buímos a la época de Tiahuanaco, todas aquellas decoraciones en que no hallamos sino motivos usados en esta cultura, aunque nos llamaba la atención la manera nueva en que estaban com- binados . Después vinimos a convencernos que dichos moti- (1) Serpienr('s de la época chincha· diaguita las hemos reproducido en Alfa- tría úulígcna chilena. Figs. 1, 2, 2-a y 2-b, pp. 164 a 167. Al compartir éstas Con las \11 ('sentadas en la página 77 se ve inmedi a tamente la diferencta. . (2) Nu.e'IJo cr6nica de la conquista de Tucumán . Vol. I. pp. 5C-64. Lima. (3) ~ Las influenciafl dI." la cultura de Tiahuanaco en la antigua aifarería dia- ~ujta - chilena:. , Revista Universitaria, Año XII. N.o 3. S:1.ntiago. (4) Este volu lll en contiene los siguientes trabajos: a) The Uhlc Collections from Chincha, por Kroeber y Strong¡ b) Expkrations at Ch incha, by Ma:.;: Uhle. I e) Thc Uh le Pottery Collcctions frolll lea, con tres apéndices , por Kro~ bcr Strong y Uhle .·- Berkeley, 1924. ARQUEOLOGÍA 3
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