Arqueología de la región atacameña
?M RI CARDO E . LATCHAM pi e, bastan te grueso y poco tor cido ; se 10 col oca como herra - dura sobre la ma ll a que la aguj a va a tomar a l hacer un a nueva hilera d e puntos, sobrepon iéndose su centro a l del hilo de la ma ll a . S e in corpora al t ejido en el momen to en que se forma y se cierra el nudo correspondi ente a la nueva hil era . L a obrera no t iene más que cor tar a 4 ó 5 mm. de largo, las d os ramas d esLOrcidas na tura lmente, de la heb rita de lana así suj eta. •Como puede cambi a rse el color de la hebra cor tad a en cad a nudo fácilmente se puede , a volun tad , trazar un a decoración compli cada. E n la práctica, la obrera no introducía la hebrá cortad a e n cad a hilera d e puntos, s ino en un a d e cad a dos, por- que tenía la cost'umbre d e dar v uel ta su trabajo, d e la ma nera en que he di cho, y la hebra introducida en todas las hil eras, habría colocado la mi t ad en un sentido y la mitad en ot ro. L a hebra fij a d a en hileras a l tern ad a5, no es muy tupida, posee, s in emba rgo, un espesor y un la rgo sufi cientes pa ra disimul ar la hilera d esnuda ejecu tada al revés .> Más a delante, D ' Harco l ~ r t observa : · L a técn ica del si'l1Iil- velours peruano parece parti cular de Améri ca , parece a un estar limi tada a la par te meridi onal dé 10 q ue fué el imperio de los incas , ¿En qué momento a pa reció? Kroeber (1) la ve d es- a rrollarse en un período de a nt igüed ad medi a na, posterior a aquel ll amado d e Tia huanaco.> E n esto , creemos que posibl emen te Kroeb er tenga ra zón ; a lo menos, de los di versos gorros de este es til o, ha ll ados eh la región atacameña, ninguno es an ter ior al período atacameño indígena, posteri or a aquél de T ia huanaco. Sin embargo, precisa fij a r la época d e aquellos de Nazca y d e T 'ia hua naco, a n te de poder d etermina r el perÍodo de su aparición. Lo que produce una confus ión en el estudio d e este p~ob l ema es que la mayor pa rte d e los gorros perua nos de simili -velours llevan la forma cuadrada, con cuatro pun tas u orej as en las esquinas, iguales a los ha ll ados por Uhl e en la cultura de P ro- tonazca y represen tado por Posnansky en un vaso d e. Tia hua- naco. Pero estos gorros no tenían, en cua nto se sabe , la super- fi cie aterciopelad a como los del t ipo descrit o por D 'Harcour t o d e los a que se re fi ere Kroeber. Sería una sobrevivencia de forma ej ecu tada con una técnica nueva y es esa técni ca que pa rece ser posteri or a la época de Tia huanaco , tan to en Nazca como en T iahuanaco mi smo y en la región atacameña. Por otra par te , ni los gorros ha ll ados en Calama ni los encontrados (1) Te"Clilt! periods in A 11ciellt Per;;, Bl.'rkelc y , 1930.
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